viernes. 26.04.2024

OVNIS

Laura Ortiz / Archivo
Laura Ortiz / Archivo


Vivir a golpe de acontecimiento histórico es lo que tiene, que te dicen que no se descarta que los Objetos Voladores No Identificados que han sobrevolado los Estados Unidos durante las últimas semanas puedan ser extraterrestres y, por muy escéptica que seas (y mucho que creas que son globos espías chinos), pues se te generan dudas. Y no estoy de broma. Porque las teorías de la conspiración no se han hecho esperar y escuchar a todo un general de los States decir que no se descarta nada, precisamente, tranquilidad no da.

Claro que, llegados a este punto, ni siquiera hemos mostrado una excesiva sorpresa ante una noticia de este tipo (aclaramos que no se ha encontrado evidencia extraterrestre en los objetos derribados, que están siendo analizados por los servicios de inteligencia y contrainteligencia americanos) porque hemos pasado de ser la generación más preparada del mundo a la peor pagada para, posteriormente, convertirnos en la que ha visto pasar las cosas más increíbles en un periodo de tiempo más corto.

Sentimos que entrábamos en la historia en marzo de 2020 cuando nos encerraban en nuestros hogares a causa de una pandemia mundial (algo digno de las pelis) que se llevó por delante la vida de miles de españoles (y serán más en los próximos años como consecuencia del colapso que ha impedido detectar otras enfermedades a tiempo), continuamos con el asalto al Capitolio,  un volcán en erupción en La Palma nos dejó patidifusos y nos echamos las manos a la cabeza cuando la guerra volvió a llamar a las puertas de Europa en Ucrania. Por eso, a estas alturas, ya ni parpadeamos cuando no se descarta la vida extraterrestre. ¡Claro que no! ¡Nosotros ya nos hemos pasado el juego!

Las reacciones entre mis amigos han sido de todo menos alarmistas. Del tradicional “¡Vamos, no jodas!” al “¡Ojalá!”, como si a estas alturas lo único que pudiera salvarnos de nuestra tediosa existencia a golpe de acontecimiento histórico fuera que llegaran unos primos de ET a conquistarnos o, al menos, a intentarlo como en Independence Day. Yo, simplemente, me limito a seguir viviendo, trabajando a diario y disfrutando cuando puedo porque, sinceramente, dudo mucho que ningún ser de espacio exterior quiera hacerse con la Tierra y si quisiera, seamos claros, a la vista de cómo va el mundo no le costaría mucho, así que ¿por qué agobiarse?

Gracias a dios ya están los expertos de Twitter (epidemiólogos, vulcanólogos, geoestrategas o ufólogos, según interese) para aclararnos todo lo que está sucediendo. Y así vivimos, a golpe de click y me gusta, en la realidad que a cada uno le da la gana vivir, en una sociedad cada vez más alejada de la verdad, más polarizada y, no me escondo, más idiotizada. En la que creemos en cualquier cosa que vemos publicada en redes sociales y en la que pocos, muy pocos, se preocupan por ir más allá, por comprobar que no es un bulo, un fake, una mentira a fin de cuentas.

Por eso, mientras alien viene a por mi, yo seguiré a lo mío, viviendo en mi propia realidad paralela, siguiendo solo a quienes opinan como yo y odiando a quienes osan pensar diferente (entiéndase la ironía, que nos conocemos).

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