lunes. 29.04.2024
HISTORIA

Los ‘felices años veinte: construcción del Puerto y una revolución urbanística

Las Jornadas de Historia recientemente celebradas en la Biblioteca Adolfo Suárez han tenido interesantes conferencias no solo sobre la figura principal de las mismas, Miguel Primo de Rivera, sino también sobre algunas circunstancias colaterales de su gestión al frente del país. Entre ellas, la expansión urbanística vivida en Ceuta durante aquellos años. 
José Antonio Pleguezuelos, antes de su intervención en las jornadas/ Dani Hernández
José Antonio Pleguezuelos, antes de su intervención en las jornadas/ Dani Hernández

Si ustedes son de la opinión de que la historia tiende a repetirse, la comparativa entre los años 20 del pasado siglo y la década actual invita desde luego a dar por reforzada esa teoría. Ambas empezaron con una pandemia; la de la ‘Gripe de Kansas’ -mal llamada española, porque al ser nuestro país neutral en la Primera Guerra Mundial la prensa de nuestro país era la que más informaba sobre la epidemia- y siguieron con tensiones geopolíticas, escaladas bélicas y crisis económicas.

Los felices 20 se llamó a la década de hace cien años; los felices 20 se esperaba que fueran estos tras que el mundo quedase confinado. En Ceuta los años de Primo de Rivera coinciden con una explosión urbanística, económica, cultural y de infraestructura. Pero, también, con el auge del chabolismo, tal y como se ha analizado en las recientes Jornadas de Historia dedicadas a Miguel Primo de Rivera. Unas jornadas en las que participó como ponente José Antonio Pleguezuelos; a poco que se conozca su trayectoria, escuchamos su nombre y pensamos en un protagonista de aquellos años, Mariano Bertuchi, del que es un gran investigador. 

Sin embargo, por ‘felices años 20’, Pleguezuelos señala que “se construye los edificios más significativos de la ciudad, como el Palacio Municipal, también muy importante la Casa Trujillo, como he dicho, Casa Marañés y la Casa Baeza son cuatro edificios que van configurando la ciudad en ese eje que va desde desde la parte desde los fosos hasta la plaza de Azcárate y la Plaza de Torrijos, que era antiguamente la Plaza Maestranza.  Mayoritariamente, eran viviendas de alquiler para los trabajadores de la Baja Andalucía que venían a Ceuta, que llega a tener 52.000 habitantes a final de la década. En 1920, había 30.000. También por la Marina, van apareciendo edificios nuevos y la fisonomía de Ceuta va cambiando y hay un hay una edificación,  el Puente de la Almina,  que eso también cambia mucho la ciudad porque se hace el doble de grande, el doble de amplio se amplía al doble, porque estaba antiguamente lo que estaba era como una botella, un cuello de botella que había que ir a la ciudad y el puente de la ermita lo abre bastante al tráfico porque el tráfico rodado también aumenta muchísimo”.

Curioso esto último. Son años en los que el tráfico rodado ya es un problema: “En aquellos años había más de 500 vehículos particulares en la ciudad”. Pero otros detalles: “la compañía Telefónica se instaló también en la ciudad en el año 24 y al final y ya se hicieron llamadas automáticas desde aquí por el servicio automático de Ceuta. Era una de las primeras ciudades de África que tiene el servicio automático con el Estado”. En los años 20 “hay una dictadura, pero es una ciudad donde los transatlánticos no era raro verlo en el puerto y a los turistas pasear por aquí. Y el turismo tiene un fomento también por aquella época, un desarrollo, en definitiva, unos cambios tremendos que se vive aquí en un puerto que se construye”.   

Los ‘felices años veinte: construcción del Puerto y una revolución urbanística