El director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverrría, considera que la coletilla ‘islas y peñones adyacentes’ a la hora de hablar de la España africana no es bien comprendida. En una entrevista a Ceuta Televisión, señala que “esto significa que los territorios españoles en el norte de Africa no solo son las Ciudades españolas, sino que hay otra serie de territorios que no tienen presencia, pero que son españolas desde hace siglos. Es el momento de que los españoles, Estado y ciudadanía seamos conscientes de que esos territorios forman parte de nuestro ser como país y, por tanto, estemos dispuestos a defenderlos”.
De la crisis más grave, se han cumplido 20 años y tres meses: Isla Perejil. En ese momento, y en opinión del experto, “España descubre que hay una serie de rincones que, precisamente, por no haber sido inventariados de pronto provocan sorpresa. De pronto, nuestro vecino Marruecos si tiene presente en su praxis política. Eso es algo que no debe volver a ocurrir. Veinte años después estamos en condiciones de hablar de forma deshinbida de cosas que hace unos años no abordábamos por miedo a no incordiar a nuestros vecinos. En los últimos años, tras el cierre de las fronteras, hemos descubierto que Ceuta y Melilla tienen oportunidades que van más allá de nuestras relaciones con el vecino del sur sin sacrificar esta. Con Marruecos hay una relación que es obligada y puede estar plagada de oportunidades, pero hay más”.
Casi una década antes de la crisis de Perejil, se estaba debatiendo el Estatuto de Autonomía de Ceuta y Melilla. El entonces diputado por Ceuta, Francisco Antonio González, defendió que Isla Perejil fuera nombrada como territorio de Ceuta, lo que en aquel momento sirvió de cierta mofa en el Congreso. ¿Es a eso a lo que se refiere Echeverría cuando habla de ‘inventariar’ las islas y peñones? “Por supuesto. Recuerdo de mi colección particular un mapa de España un mapa del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo de 1995 en el que aparece, bien claro, la Isla de Perejil como española. Siete años después, cuando se produce aquello, altos funcionarios españoles preguntaban que era eso de Isla Perejil. Hay que hacer un esfuerzo intelectual”.
Pero ¿Cómo influye, como se defiende esto, en tiempos como estos, con el conflicto de Ucrania? “Estamos en tiempos de confusión. Hay una ‘distracción estratégica’, como es la guerra en Ucrania que hace que parezca que estas cuestiones son secundarias, pero nunca lo han sido. Ahora que hablamos de conflictos híbridos, es una pena pero es así, la vecindad entre España y Marruecos ofrece bastantes casos. Recordemos que en verano todos estábamos pendientes de la Cumbre de la OTAN en Madrid, donde quedó claro que la alianza también tiene fronteras en el sur”.
