5.000 metros cuadrados, un campo de Futbol 8 y el viejo sueño de agrupar a todos los estamentos federativos en una misma sede. La Ciudad del Fútbol de Ceuta ya está, oficialmente, inaugurada, en un evento en el que no faltó prácticamente nadie y en el que la sombra y las consecuencias de la 'Operación Soulé' se palparon perfectamente. De entrada, Juan Luis Larrea, presidente de la Real Federación Española de Fútbol tras la salida de Angel María Villar llegó a Ceuta acompañado de Luis Manuel Rubiales, máximo mandatario de la Asociación de Futbolistas Españoles, y que es una de las personas con más números para sustituir al defenestrado Villar, tal vez el preferido de los denominados “barones” regionales. Tampoco faltaron los presidentes de La Rioja, Jacinto Alonso, ni de Melilla, Diego Martínez Gómez, que forman parte del quinteto de dirigentes regionales investigados en el marco de la operación. Otro de los pertenecientes a ese grupo, el ceutí Antonio García Gaona, no pudo evitar emocionarse en varias ocasiones a lo largo de su discurso, precisamente recordando estos acontecimientos. Empezando por el instante en que decidió, hace nueve años, poner en marcha este proyecto.
El presidente de la Territorial ceutí, que se ratificó en su intención de permanecer varios años en el cargo, no quiso pasar por alto en su parlamento el carácter especial del día
Tras García Gaona, que agradeció las muestras de apoyo en los últimos meses por parte de todo el mundo del fútbol, tomó la palabra el presidente de la Española. Juan Luis Larrea definió como “una inversión más que un gasto” la nueva sede inaugurada.
Larrea comparó las nuevas instalaciones con aquellas que dieron origen al fútbol ceutí, hace casi cien años.
El evento, al que asistió el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y varios miembros de su Gobierno además de una representación de prácticamente todos los clubes y de partidos de la oposición como Caballas y Ciudadanos, tuvo también momentos para el recuerdo. Especialmente, a Pedro Moreno, secretario durante 54 años y cuya familia recibió una placa y a Emilio Cózar, presidente hasta su fallecimiento en 2008 cuya viuda, África Navas, fue la encargada de realizar el saque de honor en el campo que lleva el nombre de su esposo.