Nada bien han sentado en el seno del Gobierno de la Nación las palabras del presidente del Senado marroquí, quien este fin de semana señalaba que Ceuta y Melilla, para las que usa el término de “ciudades ocupadas”, “serán recuperadas en un futuro por la vía de la negociación”. Unas palabras que Enaam Mayara, miembro de la cúpula del partido nacionalista Istiqlal, completaba haciendo un llamamiento a los marroquíes que viven en España para que establezcan en grupos de presión que logren inclinar la opinión pública y política en nuestro país hacia sus intereses.
Un malestar en el seno del Gobierno de la Nación que ha quedado reflejado este lunes en la respuesta dada por la ministra de Defensa, Margarita Robles, a estas palabras. Robles, al ser interpelada sobre si el Ejecutivo pedirá una rectificación a Marruecos, ha señalado que “el Gobierno es claro: no hay debate en esta materia, no hay ninguna posibilidad de debate ni nada más que discutir”. Dejando clara una postura que han mantenido los ministros socialistas en todo momento cuando han sido interpelados por esta cuestión a lo largo de la legislatura.
La ministra de Defensa, pese a todo, ha ido más allá, señalando que “me siento muy ceutí y melillense porque me siento española”. No en vano, Margarita Robles visitaba la ciudad hace apenas unos meses cuando tenía ocasión, acompañada por el presidente de la Ciudad, el delegado del Gobierno y el Comandante General, de visitar algunas de las principales instalaciones del Ejército en Ceuta.
Las palabras del presidente del Senado marroquí llegan en un momento nada oportuno para el Gobierno de Sánchez y su partido, a las puertas de unas elecciones autonómicas, previstas para el mes de mayo, y con parte de la opinión pública que sigue sin comprender su cambio de postura respecto al Sáhara. Un cambio de postura que se suponía que normalizaría las relaciones entre los dos países, respecto a las que en la reunión de los Gobiernos de ambos se requería lealtad y no poner sobre la mesa cuestiones que molestaran al otro, y que, de nuevo, Marruecos ha incumplido con estas palabras de su presidente del Senado.
Mientras tanto, ceutíes y melillenses continúan esperando a que una de los acuerdos de abril de 2022, hace un año, entre Pedro Sánchez y Mohamed VI se haga realidad, se trata de la apertura de las aduanas comerciales de ambos países, de la que poco o nada se sabe, todo ello a pesar de que se han realizado varias pruebas piloto, tanto en Ceuta con en Melilla.
