sábado. 20.04.2024

 

 

Hubo un tiempo, no muy lejano pero cada vez menos cercano, en que bajar a la feria era sinónimo de acabar con los zapatos llenos de amarillo albero; en que la cita con las Fiestas Patronales tenía que acabar necesariamente con un 'Sandeman' -el hombre de la capa- fresquito y en que la devoción mariana era más intensa que en años como estos que enfilan ya el primer cuarto del Siglo XXI. Hubo una época en que la Feria cambiaba de sede cada año: de Alfau a Jáudenes y la actual Gran Vía; de Hadú al antiguo Barrio de las Latas. De todo ello se habló, con la sapiencia y la naturalidad que solo dan los años, una vez más en el Parque Marítimo del Mediterráneo. El recinto manriqueño, en otros tiempos escenario de tantas noches de Feria, albergó en la tarde del jueves la cena de la Tercera Edad, con un menú para setecientas personas como el que detallaba la jefa de Servicios Sociales, Fina Castillo.

 

Una cena de reencuentros; con amigos de otros años o con familiares que, una vez al año, se ven con la brisa agosteña y ganas de disfrutar como acompañantes.

 

Y la música, que no puede faltar. En esta ocasión de dos 'clásicos' ya de la feria de Ceuta. David Gutiérrez y Enrique Casellas, que preparan ya su tradicional "Salve" a Santa María de África. Dos sevillanos enamorados, desde hace casi tres lustros, de Ceuta y su Feria y conocedores del intenso trabajo que les espera con ese tipo de público.

 

A mejorar, aunque va en la forma de ser de cada uno: no hace falta guardar largas colas cada año porque, cada cual, tiene su entrada. Nos lo cuentan desde la organización resignadamente. Pero es parte del encanto. Ya lo cantan Casellas y Gutiérrez: Y es que Ceuta es así...

 

Salves, reencuentros y 'Sandeman' en el recuerdo con el Parque Marítimo como marco