sábado. 27.04.2024

Otro testimonio más de los escuchados en la vista oral del Caso Emvicesa ha vuelto a corroborar que todo lo orquestado entorno al intento de adjudicación de las 317 viviendas que culminó en la lista fantasma y abrió la travesía judicial que culmina estos días se salió de lo normal. Una administrativa de Emvicesa testificó entre última hora del jueves (contestando preguntas a las acusaciones) y este viernes (a las defensas) y en su declaración corroboró dos cosas: que preparó por orden del gerente, Antonio López, los contratos para esa promoción poco antes de que se publicara la lista fantasma y era la primera y única vez que hizo algo así y que “a última hora antes d ella publicación” le pidieron cambiar el nombre de la firma de los mismos en representación de Emvicesa de Susana a Antonio. “A mí me dijeron que había que cambiar la firma de Susana a Antonio. ¿Por qué? Lo desconozco”, testificó.

Esta trabajadora normalmente desarrolla sus funciones, tal y como explicó en la otra parte de Emvicesa, en la que lleva contrataciones de todo tipo, desde folios para la oficina a obras de mantenimiento en las viviendas públicas. Pero en aquella ocasión le pidieron que “volcara” datos de adjudicatarios en un modelo de contrato. Se lo pidió a ella y otro trabajador más el gerente. Y le facilitaron una lista, que este viernes aclaró que era parcial, entre Antonio López e Isaac Medina.

Gran parte de su testifical y de las preguntas que le han dirigido han ido encaminadas a saber si la presencia de trabajadores en Emvicesa en turno de tarde era habitual o anormal. Lo era, según ella cuando se iban a adjudicar viviendas y crecía la carga de trabajo. Se buscaba aclarar si la presencia de algunos de los trabajadores acusados en la oficina las tardes anteriores a la publicación de la lista fantasma respondía a algo premeditado o usual cuando se van a entregar viviendas.

Tampoco aclaró gran cosa sobre las funciones de los empleados, aunque ella, a diferencia del testimonio de la asesora jurídica, Mónica Argent sí fue capaz de dibujar algo parecido a un organigrama o reparto de funciones en el que Salvador Vera, Isaac Medina y Juan Manuel Zaragosí atendían al público, en labor comercial.

Ella, como todos, se sorprendió con la publicación de la lista fantasma: “Fue muy precipitado. Pero no le sé decir porqué. Se publicó en la prensa cuando no nos habían dicho nada a nadie. Nos enteramos leyendo la prensa. No nos pareció muy normal”, contestó a una pregunta.

En la oficina, reconoció que se rumoreó esos días que fue el propio Antonio López quien filtró la lista, pero ha reconocido, que en realidad nadie lo sabía a ciencia cierta.

La lista que le dieron para que “volcara” nombres en contratos estaba repartida por bloques de viviendas. Y ella entiende que eran nombres aprobados por la Comisión Local de la Vivienda, “pero tampoco se lo puedo asegurar. Yo hacía lo que me decía mi gerente”, ha explicado.

No recordaba haber visto listas previas, ni provisionales ni definitivas, pero eso no significa que no pudieran haberse publicado, sólo que ella no las recordaba. Y en este caso de nuevo se vuelve a esa confianza, dejar hacer, que funcionaba en Emvicesa y que abrió la puerta a que pasaran todas estas cosas que hoy se juzgan. Ella confió en que lo que pedían que hiciera estaba avalado por un trabajo previo de sus compañeros y de sus superiores. Tampoco comprobó nada.

Y ella sí ha visto compromisos, “los famosos papelitos firmados por Antonio”, se refirió en una declaración previa, que reprodujeron en la jornada del jueves. “Era un documento en el que el gerente se comprometía a darle una vivienda al adjudicatario en ese caso. Es lo único que sé”, declaró.

Si los hacía López o cualquier otra persona no lo sabía. Pero sí que Salvador Vera los tenía “controlados en el ordenador. Si los hizo él o no, lo desconozco. Si lo dije antes, me ratifico porque ha pasado mucho tiempo y no me acuerdo”.

Los papelitos dijo que no tenían entrada por el registro general de Emvicesa, pero en cambio sí había una lista en el ordenador de Salvador.

“¿Por qué dice que son los famosos papelitos?”, le han preguntado desde la acusación del caso. “Porque a mí me llamaban la atención cuando venía alguien con un compromiso. Yo no lo había visto nunca hasta la fecha que se hicieron. Yo creo que era una cosa comentada. Mira, viene con un compromiso. Porque no se había hecho nunca, vamos, yo no lo había visto nunca”, declaró. Esta administrativa entró a trabajar en Emvicesa en noviembre de 1999.

La defensa de Román y Rabea Mohamed y la de López le han cuestionado para poner en duda que los compromisos firmados por López no fueran un documento legal por cómo se registran las cosas. En aquel entonces el famoso programa Greta que usa ahora la Administración Pública para registrarlo todo no existía. Y se escaneaban los documentos que llevaban los usuarios a Emvicesa. Hay además varios registros, el general y otros más específicos, según se ha deducido de su testimonio. Y en un ejemplo concreto, ni tan siquiera tenía claro que si un usuario pide un justificante por haber estado ausente de su trabajo toda la mañana ese justificante se registrarse como documento de salida o no.

Trabajadora de Emvicesa: “Me dijeron que había que cambiar la firma de Susana a Antonio”