domingo. 28.04.2024
ELECCIONES GENERALES

El voto CERA complica la investidura de Sánchez y deja a Puigdemont la llave de La Moncloa

La repetición electoral parece más cercana que nunca tras contabilizarse el voto del Censo Electoral de Residentes y Ausentes, que ha hecho 'bailar' un escaño del PSOE al PP. Esto deja en manos de Junts per Cataluña la investidura de cualquiera de las dos candidaturas. No será necesaria una abstención, sino el voto a favor que los de Puigdemont anuncian que venderán carísimo. En Ceuta, por cierto, el voto CERA no tiene influencia apenas.
Entrada al Congreso de los Diputados / Archivo
Entrada al Congreso de los Diputados / Archivo

El 27 de octubre de 2017, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy comparecía en rueda de prensa para confirmar la aplicación del Artículo 155 a Cataluña por todo lo vivido en el antepenúltimo mes de aquel año en la citada comunidad: referendum ilegal, Declaración Unilateral de Independencia que quedó en suspenso siete segundos después y desobediencia de las sentencias del Tribunal Constitucional. En esa rueda de prensa, y habiendo llegado al acuerdo de apretar el botón nuclear con el jefe de la oposición, Pedro Sánchez, Rajoy anunciaba la destitución de Carles Puigdemont y todo el Gobierno catalán. Soraya Saenz de Santamaría, la vicetodo quedaba al frente de la administración de Cataluña.

Ni seis años después, uno de los firmantes de la aplicación del 155 necesita de los votos de Puigdemont para ser investido por tercera vez como presidente del Gobierno: Pedro Sánchez. Son los caprichos de la política, el destino y las urnas en un país donde los tiempos en que el ganador lograba aplastantes o cómodas mayorías pertenecen ya, casi , a anteriores generaciones.

El voto CERA -Censo Español de Residentes y Ausentes: el del extranjero- da, además, otro giro endiablado, otro poco de morbo a los resultados del pasado domingo. Convierte en diputado a Carlos García Adanero, de Unión del Pueblo Navarro. Uno de los dos que votó en contra de la reforma laboral y que fue expulsado de UPN. Candidato por Madrid, arrebata el escaño al socialista Rodríguez Palacios. En conclusión: Feijóo iguala los 137 diputados que obtuvo Rajoy en 2016, y que entonces se saldaron con la abstención del PSOE para evitar unas terceras Elecciones Generales y con la dimisión de Pedro Sánchez en un Comité Federal, el de ese año, en el que no faltó de nada: urnas misteriosoas, guantazos, lágrimas y hasta mariachis en la puerta de Ferraz.

El caso es que el CERA mueve un diputado de la bancada socialista a la del PP. Y complica, aún más, una reedición del pacto que posibilitó que Sánchez pusiese rostro a la única moción de censura que ha triunfado en nuestro país contra un Gobierno central. Mejor dicho: lo deja en manos de Puigdemont, prófugo de la justicia española desde 2017 y con la inmunidad que le da el acta de eurodiputado a punto de expirar. Un histriónico presentador, pero gran conocedor de la realidad catalana, daba una pista recientemente que puede ser curiosa. "El acuerdo lo pueden facilitar las personas que están manteniendo a Puigdemont en Bruselas", señalaba Xavier Sardá.

Porque, ante la negativa -inicial- del PNV a investir a Feijóo, la situación queda con la suma de PP, VOX, UPN y Coalición Canaria alcanzando los 172 diputados, aunque Ana Oramas presidenta de CC descarta situar a su partido en ninguno de los dos bloques. A cinco, sin los regionalistas canarios, de una investidura que sin unos nacionalistas vascos que tendrán que enfrentarse a Elecciones Autonómicas el próximo año, es imposible. Pero el precio de la investidura para Sánchez por parte de los independentistas puede ser demasiado elevado: amnistía y referéndum de autodeterminación. Otegi, se quiera o no imprescindible en esta ecuación, tampoco se va a conformar con carreteras y habla de autodeterminación.  Eneko Andueza, secretario general del PSOE en el País Vasco, lo que parece ser una propuesta de contención desempolvando el Estado Federal. Problema:que para reformar la estructura territorial del Estado son necesarios los votos de los tres quintos del Congreso de los Diputados. Es decir: PP y PSOE... Si el PSOE hubiera mantenido el escaño, con una abstención de Junts hubiese podido bastar. Al perder el dipudado por Madrid, ahora es necesario el Si de, al menos, uno de los diputados de esa formación. Recordemos: para ser presidente del Gobierno es necesario superar los 175 votos favorables en primera votación, u obtener más 'sies' que 'noes' en segunda. Los socialistas se quedan con 121, Sumar alcanza los 31, ERC llega a los 7 con Bildu con 6 y el PNV con 5, además de 1 del BNG  171. Ni en la hipótesis de la segunda votación cuadran las cuentas en Ferraz. 171-171, pues.

Por tanto, y siempre que el PSOE no esté dispuesto a firmar a Puigdemont lo que quiera con tal de mantener Moncloa,  o el PNV 'lo vuelve a hacer' y exhibe su mántrica y mítica capacidad para decir una cosa, la contraria y sacar algo al Gobierno de turno, o vamos a una repetición electoral. O eso, o que se den dos abstenciones inesperadas: del PSOE como hace siete años o de Sumar, pero a condición de que VOX no huela ni medio despacho. En redes, ya se ha barajado la opción de que el partido de Yolanda Díaz pudiera emular a los ecologistas alemanes en algunos landers o parlamentos regionales.

Por cierto, en Ceuta el PSOE ha ganado el CERA. Pero es una anécdota: los socialistas obtienen 33 votos por 31 del PP y 10 de VOX en el Congreso. En el Senado, Blanca Gómez logra 32 votos, por los 27 de su compañero Miguel Señor. Cristina Díaz logra 25 sufragios por los 21 de Abdelhakim Abdeselam. Nada que altere los resultados del pasado domingo. Valga el símil futbolístico: el tanto de la 'honrilla' para los de Daoiz.

El voto CERA complica la investidura de Sánchez y deja a Puigdemont la llave de La Moncloa