Los medios de comunicación no se lo hemos contado porque, nobleza y honradez obligan a esta confesión, hace tiempo que lo que ocurre en lugares del centro de África no interesa. Pero la semana pasada, en un lugar al norte de un país ubicado en el centro del continente hubo movimientos de tropas. Ha habido varios muertos y la situación no parece que vaya a mejorar. Para darnos cuenta de lo que estamos hablando, un solo dato: ese país, Chad, lo gobierna en la actualidad un Consejo de Transición hacia -supuestamente- una democracia, presidido por Mahamad Deby: el hjjo de Idris, quien fuera dirigente del país hasta su muerte en medio de unos disturbios en 2019. Al poder llegó el padre tras un golpe de Estado en 1990 que le permitió derrocar a Hissène Habré. ¿Quien era este?. Baste su apodo: el Pinochet africano....
Con estos mimbres, en un pais sin salida al mar, podemos imaginar la cesta. En efecto: el quinto país más pobre del mundo, según las Naciones Unidas. Un país donde una vida próspera es una quimera, y si esta vida empieza a construirse desde las escuelas, más aún. Es el motivo por el que la Asociación 'Entretejiendo' realiza una merienda solidaria en el Hotel Ulises: todo lo recaudado irá destinado a construir una escuela en Bitkine, al norte del país. Cuenta Ángel, navarro y misionero, que el objetivo es construir la escuela "con materiales que les son propios, como adobe, para que resistan".
Javier pertenece a la orden de los Javerianos, y ha estado muchos años en Chad. País del que es originario Francois: todo un torbellino, en el mejor sentido de la palabra, que agradece "en nombre propio y en el de mi país que esteis aquí", dice dirigiéndose a los presentes. A nosotros nos cuenta que "en Chad la educación pública existe, pero como el Gobierno no paga prácticamente no funciona". Claro: la educación privada (algo más de 20.000 euros, un par de aulas con una ratio elevadísima) es paradójicamente la mejor manera de garantizar que un puñado de niños puedan ir a clase.
Chad "tiene recursos naturales. Se ha descubierto un gran yacimiento de petróleo en los últimos años que ha obligado a construir un gaseoducto hacia Camerún para poder exportarlo, y en el norte de país, yacimientos de uranio", dice Ángel. Francois añade que: "somos uno de los principales productores de vacas. Podríamos dar de comer a cuatro veces nuestra población". ¿Qué falla entonces, no solo en Chad, sino en prácticamente todo el continente africano?. "Se pueden cambiar las cosas, pero hay que cambiar la mentalidad. Los africanos no podemos vivir solo pensando en la ayuda; tenemos que hacer nuestros países prósperos por nosotros mismos", dice Francois.
Este vive en Castillejos, en la antigua casa de las Adoratrices. Su compañero de vivencias es Rolando: un mexicano que también estuvo en el país africano durante muchos años, y que recuerda que "somos vecinos, estamos ahí al lado". Mientras, Ángel, que actualmente reside en Murcia confiesa que "si tanto nuestro fundador como el propio Francisco Javier vivieran, sentirían que esto era lo que pretendían".