viernes. 10.05.2024

Hace cuarenta años, un hombre que trabajaba en Madrid fue a A Coruña a ver a sus padres, con su hijo recién nacido. De repente, en un parque de la ciudad herculina, se percató de que un chaval había puesto de pie un banco, de manera que el hueco al aire bajo el reposabrazos quedaba como una canasta. "Recuerdo que en Coruña, como en todas las ciudades, casi todos los parques tenían porterías de fútbol. Si habíamos conseguido que un chaval de pocos años hiciera aquello, es que lo nuestro era más gordo de lo que pensábamos".

Ese hombre se llama Fernando Romay. Durante años, el techo del baloncesto español, y uno de los hombres más carismáticos de e aquellos años 80 en el baloncesto. Lo que habían conseguido era la plata olímpica en Los Ángeles 84. "Coño. ¿tienes que decir que son cuarenta años?. No puedes decir hace unos años, un tiempo atrás. No ¿En serio? ¿cuarenta años?", nos regaña.

Romay se encuentra una vez más en Ceuta; ciudad que conoce bien y que visitó hace tan solo un par de semanas. Sobre la plata "es algo que no han conseguido superarnos, aunque lo merecieran, los Gasol, Navarro, Calderón y compañía. "No es que si no hubiéramos existido nosotros estos no hubieran estado, no: es que nosotros pusimos las bases para que los niños de hoy día jueguen al baloncesto".

Claro: hay figuras importantes. Por ejemplo, Antonio Díaz-Miguel. "Antonio no era profesional del baloncesto. El era intermediario de ropa, viajaba a Estados Unidos, y en su época coincidía con el punto álgido de cada temporada de baloncesto. Ahí se hizo amigo de los más grandes del baloncesto norteamericano, los Bobby Knight y compañía. El traía videos a España, y nosotros que vivíamos en una pensión que nos pagaba el Real Madrid íbamos como locos a ver esas jugadas que habían tenido lugar hacía meses. Más que la claridad de ideas, que no tenía ni idea, Antonio destacó por saber buscar alternativas donde no había".

Y España ¿merece estar en París?. "Ojalá que si, porque los 'Golden boys' estos que están ganando tantas cosas en categorías inferiores merecen un punto de inflexión". Y sobre el mismo, dos leyendas urbanas convenientemente confirmadas. La primera: "claro que conduje un Seat 600. Me pagaba el Madrid de baloncesto, no el de fútbol", suelta con sorna. La segunda: la selección española de Los Ángeles 84 apareció con publicidad en las camisetas, algo totalmente prohibido. "Lo que pasa es que era del Banco Exterior de España. Lo sabíamos nosotros, pero aquello de que B.E.E significaba Baloncesto Equipo Español era lo que creían los americanos.... No había un duro ¿qué hacíamos?".

Fernando Romay: "La plata de Los Ángeles sirvió para que hoy haya niños jugando al...