miércoles. 01.05.2024
TRANSPORTE PÚBLICO

El coste del vandalismo contra los autobuses: 15.000 euros en poco más de un año

El pasado viernes asistíamos al enésimo apedreamiento de un autobús, un acto vandálico que se ha convertido en habitual y que, incluso en los casos en que nadie resulta herido, tiene un coste para todos. 15.000 euros ha gastado AMGEVICESA en reparar desperfectos creados por estos actos vandálicos desde que que asumiera la gestión del servicio de transporte, hace poco más de un año.
Autobús en la parada del Mercado Central / Laura Ortiz
Autobús en la parada del Mercado Central / Laura Ortiz

El servicio de autobuses vivía el pasado viernes su enésimo apedreamiento. Uno de sus vehículos era atacado a su paso por la barriada Príncipe Felipe, rompiendo una de las lunas y poniendo en peligro a los pasajeros que se encontraban más cerca de la misma. Un incidente que se saldó sin heridos, como casi siempre, pero con el susto en el cuerpo de los pasajeros y unos daños materiales que ahora tendrá que afrontar AMGEVICESA, la empresa encargada de gestionar el servicio desde su municipalización.

Y es que vandalismo tiene un coste, genera un gasto que acaba saliendo de las arcas públicas, a las que contribuimos entre todos. Dinero de todos los ceutíes que es necesario emplear en arreglar los desperfectos ocasionados por los vándalos en vez de invertirlos en mejoras del servicio. Entrando en las cifras, desde que AMGEVICESA asumiera el servicio de transporte urbano, el gasto en la reparación de desperfectos ocasionados por apedreamientos ha sido de 15.000 euros. Como recordarán, AMGEVICESA se hacía cargo de este servicio en diciembre de 2022, lo que implica que en los últimos 15 meses, una media de mil euros mensuales se destina a hacer frente a las consecuencias generadas por los vándalos.

En total, han explicado desde AMGEVICESA, el número de apedreamientos con consecuencias para los vehículos (es decir, rotura de lunas o de algún otro elemento del vehículo que haya requerido reparación) ha sido de 6. Unas consecuencias que no son solo económicas sino que también afectan de forma considerable al servicio que, hasta que se incorporen los nuevos vehículos en el plazo aproximado de un mes y medio, cuenta con un número reducido de autobuses en condiciones de prestar servicio de forma adecuada. Esto implica que, en ocasiones, el autobús que se ve obligado a salir del servicio a causa de un apedreamiento porque es necesario proceder a su reparación, no puede ser sustituido por otro, pues todos están prestando servicio en diferentes puntos de la ciudad.

La cuestión de las agresiones y los actos vandálicos a los autobuses en ciertas zonas de la ciudad no es una novedad y preocupa y mucho a la administración y los agentes sociales. Tanto es así que para garantizar la seguridad de pasajeros y trabajadores, así como para poder prestar el servicio con normalidad, a partir de las 18.00 de la tarde los mismos acceden a la barriada del Príncipe acompañados de presencia policial, con el fin de disuadir a quien pueda tener intención de atacar un autobús. El respeto a los servicios públicos es clave y situaciones como las narradas solo contribuyen a impedir su buen funcionamiento.

El coste del vandalismo contra los autobuses: 15.000 euros en poco más de un año