La tradición se ha cumplido y el Cristo de Medinaceli y María Santísima de los Dolores han vuelto a recorrer en la tarde de este sábado las calles de Ceuta desde la Iglesia de San Ildefonso, su sede habitual, en la barriada del Príncipe, hasta su Casa de Hermandad, en las Puertas del Campo. Lo ha hecho en una fecha diferente, una semana antes del Domingo de Ramos, y no un día antes como era habitual, pero con el mismo fervor y devoción de sus fieles.
Unos fieles que no han dudado en volver a subir hasta el corazón del Príncipe, muchos de ellos andando ante la imposibilidad de llegar en otro medio de transporte ante la gran afluencia de gente, para acompañar al Señor de Ceuta y Nuestra Señora de los Dolores durante un recorrido en el que, como siempre, los ceutíes han vuelto a demostrar, con hechos y no solo con palabras, que la convivencia entre religiones y culturas no solo es posible, sino que es enriquecedora. Y es que el Medinaceli ha atravesado la calle San Daniel no solo acompañado del fervor de sus fieles, sino también de la admiración de los vecinos de una barriada mayoritariamente musulmana pero en la que se siente a la imagen como suya. El Cristo de Medinaceli, además, ha pasado por la Mezquita de Sidi Embarek apenas unos momentos antes de la llamada a la oración, poniendo de manifiesto, una vez más, la riqueza cultural de Ceuta.
En la salida, las escenas habituales, con representantes del Gobierno y la Asamblea de Ceuta entre quienes han participado en la comitiva, además de la presencia, como es habitual en estos casos, de los representantes de la Comandancia General de Ceuta. La seguridad, además, ha sido la tónica dominante durante todo el recorrido, con un importante despliegue policial, motivado por la gran cantidad de personas que acompañan a las imágenes desde el principio del recorrido, a las que se van sumando otras en su paso por las barriadas de Los Rosales, Hadú o Manzanera.
Pies descalzos, ojos vendados, cruces a cuestas... promesas de los devotos que se han cumplido un año más, demostrando que la fe en el Medinaceli sigue muy viva, al igual que una tradición que, pese a cambiar en sus formas, sigue adelante: la de la liberación del preso. Tras el cierre de la Prisión de Los Rosales han sido varias las ubicaciones en las que se ha procedido a esta liberación pero desde el año pasado parece que el acuartelamiento de González Tablas, sede del Grupo de Regulares 54 de Ceuta, se ha convertido en la definitiva. Allí ha sido donde esta tarde el Medinaceli ha procedido a la liberación del joven de 28 años beneficiario de la medida de gracia de este año, en el que ha sido, sin duda, uno de los momentos más emotivos de la tarde.
Desde ahí el recorrido ha continuado, ya sin grandes novedades hasta la Casa de Hermandad, situada en la avenida de España, donde las imágenes permanecerán hasta el próximo Lunes Santo, cuando se producirá su salida procesional.
