viernes. 26.04.2024

La respuesta del público y de la crítica nos dirán si estamos ante un libro de culto o ante una novela más de tantas con las que los escritores aficionados se dan el gustazo de tener un título firmado por ellos mismos en las librerías. Pero, sin ánimo de entrar en el terreno del paternalismo -a quien firma esto le consta de sobra que es lo último que pretende el autor-, "Lunares Blancos" es, sin haber leído una línea del trabajo, un canto de superación.

 

Entremos en antecedentes. Luis Enrique Seco De Lucena Heredia nace en las Islas Canarias, viniendo a Ceuta durante su niñez. Como tantos otros jóvenes de su generación, encuentra en el naciente Ejército profesional un modo de vida. Se enrola en uno de sus cuerpos más carismáticos, como es la Legión. Nada extraordinario: conserva su afición por la caja flamenca y por cantar. Su ídolo, o uno de ellos: José Luis Figuereo "El Barrio".

 

Sin embargo, un mal día empieza a sentir síntomas de que algo no va bien. Esos síntomas son los de la esclerolis múltiple primaria progresiva. Empieza a caminar acompañado de un pequeño bastón. Pero la enfermedad sigue imponiéndose; le ha tocado la vertiente más dura de la misma.

A su cuerpo. No a sus ganas de 'tirar para adelante'. Durante años, sigue con su pasión, el flamenco, versionando temas del 'genio de Santa María'. Se empieza a hacer un nombre en las redes, como "Luis El Sonakito" Y este lunes, sale a la venta Lunares Blancos. La Editorial Avant publica una obra "cautivadora, conmovedora y sentimental". Un trabajo escrito con una sola mano, la izquierda, cuando siempre "ha sido diestro" y con el apoyo de su mujer e hijas. Una historia de dramas familiares, con un perro como protagonista. Pero una historia, al fin y al cabo, de superación. Con independencia del resultado, un libro que, con su sola edición, ya supone una gesta de bravura sin igual, como dice el himno del Tercio al que perteneció durante más de tras lustros.

Lunares blancos: la superación a través de la literatura