Xavier Santos conoce el terreno. Se le nota: no es la primera vez que realiza una conferencia en Ceuta, y habla con cierto orgullo de ello.Y cumple, además, el propósito que marcaba hace justo una semana José Luis Ruiz, de la sección de Ciencias del Instituto de Estudios Ceutíes: "Xavier viene a romper esquemas", advertía el biólogo local.
La suya, sin desmerecer al resto, era una de las intervenciones más esperadas. Por un motivo sencillo: es un experto en regeneración de bosques, de zonas quemadas. Como la de Isabel II: no solo hectáreas de nuestro ecosistema, sino también un lugar común a la memoria sentimental de miles de ceutíes a lo largo de los tiempos.
Pero ¿cuales son los esquemas que iba a romper Santos?. Primero, el desmitificar que todo gira, o ha girado, en torno al ser humano, desde que esta pequeña bola azul empezó a circular en el universo: "Todos tenemos la visión clara de que los incendios son devastadores, matan animales y personas en algunas ocasiones, destruyen campos, cultivos y algunas casas, pero tenemos que pensar que el fuego existe mucho antes que el ser humano. Es una perturbación que existe en la naturaleza equivalente a un huracán, el viento, la lliuvia, la sequía... Por tanto, los seres vivos que conocen el fuego antes que nosotros están adaptados al fuego. Lo que estamos haciendo ahora con algunas actuaciones es cambiar el régimen de fuegos, que son más grandes e intensos. Esto, aparte del drama que significa para los humanos y bienes, también puede significar un drama para la fauna y flora", explica.
Sobre el apocalíptico paisaje de Isabel II, "tengo la suerte de haber contado con un par de proyectos subvencionados por el Instituto de Estudios Ceutíes. Para el segundo, hemos visitado las zonas quemadas. Es muy aparatoso, porque la zona forestal de Ceuta no es muy grande y son muchas hectáreas la quemada. Pero no tengo la mínima duda de que se va a recuperar, con fauna y flora autóctona. Hay que ver como se recupera, y luego dejarla actuar, pero de entrada a ver qué ocurre".
En el párrafo anterior, Santos dice la palabra clave: autóctona. Nuestros montes están plagados de especies invasoras: nuestras queridas chumberas o el eucalipto son ejemplo de ellas. Sobre la segunda: "está muy claro que en Portugal hay muchísimo eucalipto y tiene un valor económico, por ejemplo. Lo que tenemos que hacer es decidir que queremos hacer con nuestro territorio, y si hay zonas que se han dedicar al eucalipto le damos una oportunidad. Lo que no podemos es pensar que los eucaliptos son bosques porque en realidad albergan menos fauna de la que debería albergar un bosque natural".
Y la palabra de moda en los últimos años: resiliencia. Al parecer, los montes también la tienen. En términos forestales ¿qué es un monte resiliente? "La resiliencia es un concepto que obedece al hecho de la capacidad que tienen los sistemas para volver a una situación anterior a una perturbación. Los organismos son resilientes siempre que tengan un régimen de fuegos aparentemente normal, como el que puede tener una zona que toca al Mediterráneo occidental. Pero si aumentamos la frecuencia de fuegos, con especies no autóctonas, vamos a perder esa resiliencia y eso es lo que debemos estudiar", explica.
