sábado. 27.04.2024

Doctora Soraya, Mayte Alascio, María de Eza, Premio Vivencias, Mujer 10… Hasta el Instituto Abyla ha implantado un premio en el contexto del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para poner en valor que la igualdad de las mujeres aún tiene espacios y tiempos por recortar y sigue siendo un bien a conseguir y no una realidad. Se multiplican los actos para subrayar que la sociedad tiene una tara que sufre y pesa sobre las espaldas de la mitad de la población. Y en ese contexto llama poderosamente la atención que por primera vez desde 2018 (con la excepción por pandemia de 2021) este 8M Ceuta lo celebrará sin la habitual movilización en forma de marcha por la igualdad que venía organizando la Plataforma Feminista de Ceuta.

No se convocó marcha alguna, no se llamó a la movilización. No consta petición alguna en Delegación del Gobierno para la tradicional manifestación. Y el vacío que deja abre incógnitas, y debilita al movimiento si no es que expone más bien sus carencias.

La página en la red social Facebook de la Plataforma Feminista tiene a las 19.52 horas de este viernes como última publicación la recomendación de un libro: ‘Todas deberíamos ser feministas’ de Chimamanda Ngozi Adichie. Fue el pasado 14 de febrero, Día de los Enamorados. De ahí hacia atrás en el tiempo se remonta su actividad al pasado 28 de noviembre, última publicación en días de especial ebullición en el lanzamiento de mensajes entorno a otro día señalado para el movimiento feminista, el 25N. Su cuenta en Instagram sigue los mismos pasos.

El año pasado en la manifestación del 8M una de las caras visibles de la plataforma gritó en la plaza de los Reyes “¿dónde están las feministas?”, recuerdan algunos testigos, en una alusión que muchas y muchos entendieron como un señalamiento. Una especie de orgullo por haber logrado mermar y depurar la movilización de personas que en realidad no compartían la causa como se entiende desde la Ejecutiva de la Plataforma que tiene que ser.

Si en el resto del país el movimiento feminista y las marchas de este 8M aparecen también debilitadas por los discrepancias ideológicas y terribles debates a cara de perro, en publico y privado, por cuestiones como la Ley Trans o las polémicas surgidas por los errores y posteriores correcciones que supuso la Ley del Solo Sí es Sí, en Ceuta la desmovilización parece encontrar su raíz no tanto en los desencuentros ideológicos como en los personales.

La Plataforma ha venido usando para su acción un grupo de mensajería en el que quedan unas 80 personas. Ese grupo ya no es un grupo, se ha convertido en una lista de difusión en la que sólo la Ejecutiva puede escribir y lanzar mensajes. El resto de activistas feministas sólo pueden oír, ver y callar.

Varias mujeres consultadas sobre la ausencia de marcha en un día tan señalado apuntan hacia un ejercicio del liderazgo que ha acabado por desunir y restar en lugar de unir y sumar. Desde socias anónimas de la Plataforma hasta responsables de Igualdad en partidos o sindicatos pasando por personas que estuvieron en su día en la fundación de la Plataforma y guiaron sus primeros pasos con su esfuerzo y ahora están más desentendidas, pero siguen perteneciendo a la misma.

“Es desolador” apunta una de esas voces sobre la ausencia de movilización este viernes, 8 de marzo. “Nos ha sorprendido”, apunta otra voz de las que ha entregado un premio estos días. Y que asegura que nadie se ha molestado tan siquiera en ofrecer una explicación a la ausencia de movilización. “Se les ha echado el tiempo encima, se quejan de falta de participación. Y el 25N estuvo a punto de no hacerse nada. Creo que la plataforma se va a disolver”, explica otra voz del movimiento con tristeza.

“En alguna reunión la Ejecutiva ha pedido traspaso de funciones, pero luego todos los años van saliendo las cosas”, apunta otra voz que añade que a la hora de la verdad ese traspaso o renovación del impulso y el liderazgo no se llega a producir por que no se convoca formalmente el proceso para la renovación. “Tendrían que convocar elecciones y a ver quién se quiere presentar”, remata.

Como un río de aguas subterráneas, las voces consultadas van dejando caer problemas, peleas internas entre la Ejecutiva y las militantes del movimiento. Una vez acá y otra allá. Y siempre el mismo resultado, activistas que acaban por rendirse y abandonar el grupo.

En ese sentido, llama poderosamente la atención un detalle. La Plataforma ha venido usando para su acción un grupo de mensajería en el que quedan unas 80 personas, según han refrendado varias de las voces consultadas. Ese grupo ya no es un grupo, se ha convertido en una lista de difusión en la que sólo la Ejecutiva puede escribir y lanzar mensajes. El resto de activistas feministas sólo pueden oír, ver y callar. Sin aportar sus ideas o proponer ningún debate. El camino más corto para evitar nuevas peleas y discrepancias.

“Yo me fui precisamente porque no me gusta el autoritarismo. Y eso funcionaba así, si expresabas algo que pudiera ser contrario a la manera de entender el feminismo que tiene la Ejecutiva te atacaban y te señalaban, cuando en realidad todas tenemos un punto en común, la lucha por una igualdad real entre hombres y mujeres”, dice otra ex activista.

En este caso, además señala que le chirriaba una especie de tendencia a atacar al hombre de forma generalizada, sin considerar que muchos en realidad son feministas también y que su participación y sumarlo al movimiento reivindicativo parece esencial para avanzar en la igualdad. Entre lo pragmático y lo eficaz, algo así como que con ellos será más rápido que contra ellos y saber diferenciar en la generalidad de los géneros para no convertirlo en una batalla de sexos.

Al igual que con las redes sociales, muchas de las voces consultadas se quejan que la dirección de la Plataforma ni tan siquiera ha tenido a bien darle difusión a las invitaciones a diferentes actos, eventos y premios entorno a este 8M organizados por otras entidades adheridas a la plataforma, ni en redes ni tampoco en la lista de difusión de mensajería instantánea.

Sea lo que sea, parece que hay alguna cosa clara. Este 8M el movimiento feminista local será una rara excepción en el mapa del país, sin marcha que remate la jornada reivindicativa. ¿Dónde están las feministas? Este 8M, en Ceuta, no en una marcha que las visibilice y nos recuerde lo mucho que nos queda para lograr la igualdad. La otra cosa evidente es que hay personas y ganas de reconstruir ese movimiento que con su silencio y ausencia da clara muestra de estar pasando un mal momento.

Un 8M sin movilización