Veinte años, esos que decía Gardel que no son nada, ha cumplido la Casa de Ceuta en Melilla. Una más de esas 'embajadas' ceutíes que proliferan por todo el territorio nacional: Barcelona, Madrid, Sevilla, Campo de Gibraltar, Alhaurín, Cádiz y Granada. Pero una muy especial, precisamente por ubicarse en el espejo, en la medida exacta, en la gota de agua de Ceuta: Melilla.
A la antigua Russadir se desplazan dos miembros del Ejecutivo ceutí: el consejero de Turismo, Emilio Carreira, y la vicepresidenta de la Asamblea y responsable de Festejos, Rocío Salcedo. El evento es en el Hotel Melilla Puerto, y cuenta con la presencia de propio presidente de la Ciudad melillense, Juan José Imbroda.
En su discurso, Carreira recuerda " el cambio y la modernización que en estas dos últimas décadas han experimentado tanto Melilla como Ceuta, fin al que han contribuido decisivamente los gobiernos de ambas, presididos por Juan José Imbroda y Juan Vivas, agradeciendo además el papel de la casa regional de Ceuta en la ciudad hermana en el mantenimiento de los fuertes vínculos afectivos y sentimentales entre ambas". Durante el almuerzo, además, se entregan los premios de diversos campeonatos organizados por la Casa de Ceuta para conmemorar sus dos décadas de existencia. Un trocito de Ceuta en plena Melilla la Vieja.