En 2020, el techo del cuarto de baño de una vivienda de titularidad municipal en González de la Vega número 4, se desprendió a causa de la humedad y las fugas de agua. En la misma reside un hombre de avanzada edad, con su hijo y nieto.
Este es únicamente 'el capítulo piloto' de la serie. Una serie poco original y repetitiva puesto que, tras la reparación inicial por parte de la Ciudad, el techo volvió a caerse menos de seis meses después y como si de la historia de un mal guionista se tratase, se volvió a repetir el argumento con la caída del techo de la cocina.
Esto ha provocado toda una secuencia de episodios desagradables, que incluye una visita a Urgencias por una nariz rota producto de un resbalón a causa de las aguas vertidas por los desperfectos a la presentación de múltiples instancias por registro advirtiendo de la situación y alertando de la posibilidad de volviera a caerse otro techo a causa de las humedades.
Incluso, la familia hizo un llamamiento al presidente de la Ciudad, Juan Vivas para que interviniera en el problema, al ser incapaz los familiares de lograr que Fomento actuara para reparar los techos y evitara el estado de insalubridad en el que vivía este hombre mayor.
Tras el compromiso de la Consejería – desconocemos si Vivas intervino o no – de que los desperfectos serían reparados, con cierto retraso finalmente acudió a la vivienda una brigada de Obimace que inició las reparaciones. Pero no las concluyó. Tampoco, según los familiares, se reparó el techo de la cocina, limitándose al cuarto de baño aludiendo que era el trabajo que tenían autorizado. Esto a pesar de que personal de la Consejería aseguró por teléfono que repararían las dos habitaciones.
Meses después y tras avisos de que el techo de la cocina amenazaba con caerse y de que no se había terminado la reparación del baño, el techo ha vuelto a caer, destrozando el calentador.
La familia ha señalado que el episodio final de este culebrón tendrá como escenario los juzgados, tras una denuncia que van a presentar a la Ciudad.
