viernes. 26.04.2024

Se acerca la emblemática fecha del 22 de diciembre para el tradicional sorteo de Navidad.La ilusión y la esperanza se ponen en juego donde cada ceutí gasta por término medio unos 60 euros. No todos los décimos adquiridos para "tentar" a la suerte se adquieren en nuestra ciudad, porque los "caballas" son pródigos en encargar a amigos o familiares números fuera de nuestra ciudad: Madrid, Barcelona, Granada, Córdoba...una dinámica que, con ocasión de la pandemia de la COVID, ha impulsado las ventas. En la Delegación de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) en Ceuta, nos informan que "desde hace dos o tres años, se vende más lotería de Navidad". Además, que Ceuta se encuentra, a nivel proporcional, a la cola en cuanto a la venta de décimos adquiridos en la propia localidad, por la costumbre de encargos foráneos que no se computan como comprados en nuestra ciudad.

En la fecha actual, las tres Administraciones de Lotería existentes en Ceuta (hace muchos años había un total de seis), se encuentran en la recta final de sus ventas de los décimos para el sorteo de Navidad; también son muchos los números reservados, porque la tradición generacional a nivel local manda, y de padres a hijos, es costumbre conservar el número con el que siempre se familiarizaron, manteniendo así ese halo de superstición que impregna a este sorteo donde la diosa Fortuna es muy caprichosa.

Desde finales de junio, momento en el que llegaron los primeros décimos a Ceuta, hay Administraciones como la número 4 del Puente que pone a la venta 568.600 euros en décimos de loteria. Allí nos encontramos con un legendario asiduo del sorteo de Navidad: Adolfo Muñiz, quien nos retrotrae al colegio S. Agustín y al Sagrado Corazón, como fechas simbólicas de sus inicios vinculados al número con el que guarda una gran fidelidad: el 47.286.

En este ámbito, donde el paradigma de la ilusión y la esperanza se entremezclan con la tradición y la superstición, hay factores determinantes como las típicas reservas de número desde entidades y asociaciones de todo tipo: Ayuntamiento, Delegación del Gobierno, instituto Camoens, Puertas del Campo, Cofradías, organismos públicos como la Seguridad Social o el IMSERSO, incluso acuartelamientos. Para que luego no digan que la suerte no deambula por barrios, constituyéndose en una variopinta fórmula de esparcimiento solidario a la hora de probar suerte, en cuanto a ese compendio de números y décimos que acaban entrando en el bombo.

Las terminaciones, otra obsesión de los jugadores en la lotería de Navidad, también tienen su "tirón". Así el 13 está agotado al igual que el 69 y se da el caso que, aquéllos números que cualquiera de las tres Administraciones de lotería de Ceuta no los tengan disponibles a la venta, se pueden solicitar porque nunca se venden en su totalidad los décimos puestos a la venta en todo el territorio nacional, aunque sí es cierto que los primeros en adquirirse son algunos con terminaciones determinadas, como el caso que hemos indicado, o como sucede este año, siempre con el "morbo" surgido de esos vaticinios que algún adivino ha fijado declarando El Gordo en el número 20.182 que, se nos ha dicho, se encuentra asignado a Valencia y Mollerusa (Lleida), donde han de estar haciendo su agosto en pleno mes de noviembre y, no precisamente por el cambio climático, sino por la superstición o tentados por el " por si acaso...".

Este año, el sorteo del 22 de diciembre ha emitido 180 series (ocho más que en 2021) de 100.000 número cada una, alcanzando los 3.600 millones de euros, de los que se repartirán un 70% en premios, o sea, serán 2.520 millones de euros. El aumento de la cantidad de series emitidas se debe a que el año pasado superaron el 90% de la venta, llegando a agotarse algunos números.

Pese a la ilusión y esperanza que entran en juego, siempre es conveniente jugar con moderación, ya que el sabio refranero español nos advierte que pretender ganar a través del juego, quizá llevados por la desesperación más que por el vicio, para obtener unos beneficios superiores a los que nos proporciona el trabajo, puede llevarnos a la ruina. De ahí el dicho: "El que juega por necesidad, pierde por obligación".

Fidelidad generacional de los ceutíes a ciertos números