Imaginen la escena: un barco de guerra entra en combate, y el cocinero tiene que reconvertirse en un soldado o comenzar a preparar el aterrizaje de un helicóptero. Puede, fuera del contexto, parecer disparatado pero no lo es: son las características de los buques modernos: menos personal, pero más polivalente y con más funcionalidad.
Prueba de ello es el Buque Tornado, presente en el Puerto de Ceuta hoy y mañana. Con base en Las Palmas de Gran Canaria, y participación en misiones internacionales como la "Atalanta" en el Índico, el buque regresaba esta semana a Ceuta, a una ciudad especial: fue en el Puerto de nuestra ciudad donde tuvo lugar, hace nueve años, la simbólica entrega de la bandera de combate al navío, construido en los astilleros gaditanos de Navantia y uno de los barcos más modernos de la Armada española.
La tarde "no acompaña a una jornada de puertas abiertas", reconoce el capitán de navío Javier Yraizoz, "queríamos estar el fin de semana en Ceuta, pero tuvimos que atender otra misión". Yraizoz explica que "habitualmente, estamos realizando labores de patrullaje por el Mar de Alborán y el Estrecho de Gibraltar", por lo que han hecho escala en Ceuta durante un par de días.
Por motivos de seguridad, no se nos permite grabar ni tomar imágenes en determinadas zonas del barco, pero la visita no puede ser menos interesante. Conocemos la enfermería, conectada permanentemente con un Hospital Militar, por si fuera necesaria alguna intervención de cierto calado. También el puente de mando; nada queda de aquellos timones y la derrota es una mesa con modernos marcadores. Se trata además de un buque que incorpora energías renovables y menos contaminantes.
El buque zarpará mañana con un nuevo destino. Y con la premisa, cuenta Yraizoz, de regresar para "disfrutar de nuevo de los ceutíes, y que los ceutíes disfruten de nuestro buque".
