lunes. 29.04.2024

"En cada olla de estas cabrán... unos 50 litros de harera. Tenemos diez, así que la cuenta es fácil", dice entre risas una de las cocineras que se fajan a diario durante estos días en los bajos de la mezquita principal de Ceuta, en Sidi Embarek. "La verdad es que aunque cada uno de ellos tiene adjudicada una función en concreto, no renuncian a echar una mano al compañero si tienen un hueco libre. La cocinera se pone a fregar platos, el pinche a repartir, etc. Tienen muy bien ambiente creado entre ellos", explica Mustafa Abdelkader.

Una de las trabajadoras de Luna Blanca, en el reparto/ Juanjo Coronado
Una de las trabajadoras de Luna Blanca, en el reparto/ Juanjo Coronado

Mustafa Abdelkader, o 'Mustafa el de Luna Blanca', como se le conoce popular y cariñosamente. En estos días de Ramadán "estamos dando en torno a 1.500 menús diarios, contando la ruptura del ayuno y la cena. Pero no solo trabajamos en esta época del año: el resto del año damos salida a unos 200 diarios".


El presidente de la entidad señala que entre los destinatarios "hay muchas familias numerosas. Tenemos algún caso de un matrrimonio con un hijo, pero la media es que tengan cuatro o cinco", según los datos que manejan. En la entidad se trabaja "desde las 09.00, para empezar a preparar los almuerzos" que la gente asignada tiene que recoger "salvo en aquellos casoas en los que nosotros mismos los repartimos". Suele ser algo reservado "a madres con hijos que no tengan con quien dejar a los pequeños, personas que tienen barreras arquitectónicas. Al resto, se les entrega aquí y se lo llevan cada uno a sus domicilios".

Una de las ollas de harera/ Juanjo Coronado
Una de las ollas de harera/ Juanjo Coronado

Hay, eso si, un pequeño comedor. "Aquí comen inmigrantes, gentes que están en la calle. Muchos vienen a rezar a la mezquita y se les sirve la cena" en una pequeña carpa habilitada para ello. En el caso de los inmigrantes "aunque están en el CETI, y ahí están atendidos, al acudir los que son de religión islámica a la mezquita a rezar a última hora de la tarde, cenan aquí". Volviendo a hablar de  números "diariamente,  120 kilos diarios de carne, 150 pollos" para preparar un menú compuesto de harera y dátiles para la ruptura del ayuno y de sopa caliente para la noche. "Y de pan: que no se nos olvide", apunta.

El comedor de Luna Blanca/ Juanjo Coronado
El comedor de Luna Blanca/ Juanjo Coronado

Al igual, pues, que ocurre con otras confesiones, la solidaridad no es necesaria solo en fechas señaladas. "Nosotros seguiremos, por supuesto, los 365 días del año", garantiza el presidente de esta ONG que se acerca a 40 años de existencia.

Luna Blanca: la solidaridad que no es sólo para Ramadán