Tanto a nivel nacional -Biescas, Badajoz, Melilla, el delta del Ebro- como a nivel internacional, con el Huracán Mitch, el terremoto de Haití, el tsunami de 2004 o ahora en Turquía y Siria, las catástrofes tienen un efecto inmediato: el de la solidaridad. De inmediato, decenas de personas se ponen en funcionamiernto para ayudar, todo el mundo habla de eso pero, un buen día... el silencio.
Un silencio que no significa que la tragedia haya dejado de existir. Llevamos meses sin hablar de Turquía y Siria, pero las huellas del terremoto más devastador durante el último siglo en la región siguen siendo evidentes. Por tanto, la ayuda nunca es mala. Como aquella que en estos momentos viaja desde Ceuta hacia Granada: es en la ciudad nazarí donde la Asociación de Guardias Civiles Solidarios se encargará de recepcionar el material para, ellos mismos, trasladarlos hacia el otro confín del Mediterráneo.
14.201 euros (en la foto verán 14.200, pero algún informador también se ha retratado) y muchos kilos de mantas, ropas de invierno y prácticamente cualquier cosa que han donado los ceutíes. "Es lo que nos pidieron desde la Embajada", explica el presidente de la AUGC Ceuta, Rachid Sbihi.
Solo un tráiler, pero ha sobrado ropa. Tanta que los colectivos más desfavorecidos "podrán tenerla a su disposición en próximas fechas", explica Sbihi. Mientras, Sabah Mohamed -premio María de Eza en su última edición y mujer muy involucrada siempre en causas sociales- pone el acento: "hay que agradecer a todo el pueblo de Ceuta. Siempre se vuelca con estas causas. Es lo mejor de todos nosotros". Desde la monedita suelta que mucha gente ha echado en las mesas petitorias hasta donaciones anónimas de hasta 3.000 euros. No le falta razón a Sabah: tendremos mil defectos como pueblo, pero a solidarios no nos gana nadie. Como muestra, un camión...