La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ha dado a conocer, en las últimas horas, su balance migratorio correspondiente a 2022. Un balance basado, en un alto porcentaje, en los datos del Ministerio de Interior, y que cifran como ya hemos venido contando en 1.114 las entradas por tierra y 124 las entradas por vía marítiman a lo largo del pasado año.
Sin embargo, hay un dato que no aporta hasta la fecha el Ministerio de Interior y que si lo hace a través de sus propias fuentes la APDHA. Un dato tétrico, que sirve para darnos cuenta de la cruda realidad que supone que haya personas que decidan jugarse la vida en el Estrecho con la esperanza de una vida mejor.
Se trata, precisamente, del número de las que la pierden. En la ruta entre Ceuta y la Península, la APDHA calcula que fueron quince las personas fallecidas durante el pasado año en ese tramo, mientras que otras dos desaparecieron.
En términos globales,durante el pasado año murieron 707 personas y desaparecieron 1.194 en las distintas rutas de salida y llegada de la inmigración irregular entre el norte de África y nuestro país. La mayor parte de estos sucesos tuvieron lugar en la ruta canaria, con 885 desapariciones y 445 fallecimientos. En el Estrecho de Gibraltar -desde Marruecos a la Península, sin pasar por Ceuta-, la APDHA constata que no hubo muertes, pero si tres desapariciones. Parecido ocurre en Melilla, sin fallecimientos pero con 15 desaparecidos durante el pasado año. La ruta de Alborán se salda con 156 desaparecidos y 93 fallecimientos, mientras que en la de Levante murieron 151 personas frente a las 70 desapariciones registradas por APDHA.
En el 94% de los casos -cifra global- hablamos de hombres frente a un 6% de mujeres. El 57'06% de los desaparecidos o fallecidos eran de origen subsahariano, un 41'50% magrebí mientras que el 1'44% tenía otros orígenes.
