viernes. 26.04.2024
HOSTELERÍA

La última tarde del Lusitano

Con el final del año, acaba también la trayectoria de un negocio familiar, de los de toda la vida. El Lusitano baja las persianas después de décadas sirviendo a generaciones enteras de ceutíes a un lado y otro de Padre Feijóo. La última tarde ha transcurrido entre amigos, entre carnavaleros, entre el homenaje a Javier Téllez, alma mater de tantas agrupaciones y propietario del local cuya vida expirará con las campanadas de medianoche.
Parte de los asistentes a la última jornada en El Lusitano
Parte de los asistentes a la última jornada en El Lusitano

Son muchos los locales, comerciales u hosteleros, que por esos avatares de la vida han desaparecido. El último de ellos es el Lusitano: una cafetería con décadas de servicio a un lado y a otro de Padre Feijóo y que este día ha abierto por última vez. Determinadas circunstancias, agravadas además con la carestía de las mercancías en los últimos tiempos, llevan al cierre.

Pero no ha sido una jornada dramática. Al contrario. Si hablamos de Lusitano, hablamos de Javi Téllez, y si hablamos de Javi Téllez, hablamos de carnaval. Y buena parte del 'dream team' coplero de nuestra ciudad se ha reunido para despedir al escenario de tantas y tantas coplas de mostrador, de nudillo, de ensayo o de algún "vuelve ya el tres por cuatro" a la tercera copa. Pero para homenajear al amigo, al director, al gerente del bar.

Gritos con cierta guasa como "Lusitano, no se cierra", mucha camaradería y momentos para la emoción. Pasodobles escritos para el momento, que posiblemente no queden grabados en ningún dispositivo, pero si en un lugar indeleble como son los recuerdos de Javi Téllez. Rodeado de gente como José Miguel Borrego, Paco Pino, Manu León, Juan Antonio Artiel, Alejandro León, Javi Salas, Rafael Alonso "El Baba", José Luis Muñoz "El Boca", Javier Pérez "Chaqueta", Antonio Jiménez "Harry" y algún jartible más ... No, no se preocupen los más fatiguitas del carnaval, que el Lusitano baja las persianas, pero el carnaval y la amistad siguen.

Atras quedan décadas de un bar de barrio, de cambio para la máquina, de partidos a las cuatro de la tarde,  de café y tapitas, de partidas de mus, de copitas en Tardebuena. Quien sabe si definitivamente para el local. A Javi Téllez le llega a hora el momento de descansar. Nos malician algo: cosa que no va a hacer la modista de su traje para el próximo carnaval (ya lo decía Mayra: hasta aquí podemos leer) y disfrutar de una nueva vida. Habrá que buscarse, pues, otro local para una de esas tardecitas carnavaleras que empiezan a las cinco de la tarde y suelen terminar a la misma hora, pero de la madrugada siguiente. No se preocupen: con una barra y unos nudillos les basta, da fe el firmante. A descansar y a disfrutar, pues.

La última tarde del Lusitano