miércoles. 01.05.2024

Ashma, la madre del desaparecido Mohamed Ali, nos recibe en casa de su madre. No es un momento alegre, el motivo que nos trae a este hogar roto es un triste aniversario. Hoy viernes, se cumple un año desde que el joven de, en aquel momento, 17 años, desapareció.

Ante la pregunta de si ha sido un año muy duro para Ashma y su familia, nos responde muy rápidamente que “sí, muy duro”, pero que los meses “se le han pasado volando”.

No es que estemos reabriéndole una herida, sino que es una herida que no se ha cerrado. Esta madre nos cuenta que lo que más recuerda es “el último beso que me dio mi hijo”.

Doce meses que han pasado muy rápido, pero no ha ocurrido igual con la investigación. Ashma nos explica que sabe que la Policía sigue trabajando, pero no hay, de momento, ninguna información que pueda indicar que está más cerca de encontrar a Mohamed Ali. En ese sentido, nos dice, “parece que no ha pasado el tiempo”

“Para mí es un infierno, cada día y más por la noche, para mí no es vida”

Ashma, madre del desaparecido Mohamed Ali / Daniel Hernández
Ashma, madre del desaparecido Mohamed Ali / Daniel Hernández

La desaparición le ha afectado a la salud, describe este año como “un sin vivir” y nos revela que tiene problemas para poder dormir, llegando a necesitar medicación, a consecuencia de su estado.

Hace ahora un año, el 13 de enero de 2022, ella se dio cuenta de que su hijo no estaba y que faltaba más tiempo de la cuenta en esas primeras horas cuando, llegadas las 20.30, Mohamed Ali no llegó a recogerla del trabajo, como habían quedado. También tenía el teléfono apagado.

“Mi hijo, siempre que salía me llamaba por teléfono y esa noche no me llamó”

Comenzó a buscarlo en todos los sitios que frecuentaba, buscándolo “como una loca” en sus propias palabras. Llegaron las doce de la noche sin saber nada. En ese momento, Ashma asegura que sintió que a su hijo le había pasado algo, que tuvo un “presentimiento”.

A partir de ese momento, llamó a la Policía y comenzó la búsqueda. En los días sucesivos intervino la FPAV, Protección Civil y muchas personas de Ceuta se involucraron en una investigación que los medios de comunicación tratamos de visibilizar para ayudar a localizarle… sin éxito. Y de eso, ya hace un año.

Confiesa que se sintió acompañada por mucha gente de Ceuta que la apoyó desde el primer momento. Las redes sociales – Tik Tok y Facebook – también fueron pilares para darle ánimo y para colaborar en la búsqueda y que han ayudado muchísimo. Insiste: “muchísimo”.

También agradece a la Policía Nacional todo el apoyo que le han dado durante este año, pero hace un llamamiento a que la búsqueda no cese. Ha pasado un año, la ciudad puede irse olvidando de Mohamed Alí, pero su madre pide que no ocurra, que su hijo “no se merece eso”

Ashma está convencida de que su hijo está vivo, pero cree que alguien lo oculta, probablemente contra su voluntad. Tan convencida, como de que alguien de su entorno sabe dónde está. Pregunta: “¿Por qué se callan, no tienen familia, madres, hermanos? ¿No tienen corazón? Tarde o temprano saldrá a la luz”

Ashma no puede contenerse y explica que “toda madre sabe cuándo le ha pasado algo a su hijo, y yo sé que algo malo le ha pasado, que está en malas condiciones. Siento desde el primer día que a mi hijo le ha pasado algo”.

Insiste en pedir a todas las personas que han colaborado, que no se olviden de su hijo y que continúen apoyándola. Ruega también a la Delegación del Gobierno su implicación. Con lágrimas en el rostro, que no puede contener, vuelve a pedir ayuda para encontrar a su hijo, Mohamed Ali.

A su hijo, si estuviese leyendo este artículo, le envía un nuevo mensaje. Que, si puede, venga a casa. “Ven a casa, te echo muchísimo de menos. Te quiero muchísimo y lo sabes muy bien.” Ashma afirma que tiene ocho hijos “y todos son iguales, los quiero a todos igual. Ocho y luchando por ellos con uñas y dientes”.

Si pudiera volver a verlo, si en algún momento llegara a su puerta, Ashma confiesa que “solo lo abrazaría y le daría un beso”, sin reproches, sin preguntas, solo volver a verlo y decirle que le quiere.

Pide al menos, una llamada para saber que está bien. Aunque el principal motivo por el que cree que está retenido es porque está convencida de que, si su hijo pudiera, no la dejaría sufriendo por que la quiere muchísimo y habría, al menos, llamado.

También señala que otro motivo de sus sospechas es su ausencia de las redes sociales. “Mi hijo ha crecido con esto, siempre está con ellas y ahora, en un año, nada…”

Si alguien lo retiene, si alguien lo está escondiendo o impidiendo que venga a casa, a esas personas les suplica, por favor, que lo suelten, que está sufriendo muchísimo, como sus hijos y su familia.

Aun así, con todas estas ideas en la cabeza, esta madre no pierde la esperanza de volver a ver a su hijo. “Tengo fe en que mi hijo aparecerá algún día”.

Con la perspectiva que da este tiempo, considera que habría que haber hecho algunas cosas de forma diferente, especialmente investigar a personas del entorno de Mohamed, sobre las que insiste, alguna sabe algo, los más cercanos a su hijo.

El tiempo trae el olvido, pero Ashma insiste, infatigable. “No se olviden de Mohamed Ali”, pide, como tantas veces ha hecho, ayuda para encontrarle. “Dónde sea y cómo sea, no me importa, solo quiero encontrar a mi hijo”.

Un año sin Mohamed Ali, pero para Ashma, es un año sin vivir.

Un año sin Mohamed: “para mí es un infierno, cada día y más por la noche, para mí no es...