lunes. 29.04.2024

Los cambios rara vez son como en la televisión o en el cine por más rápido que vaya la vida en estos tiempos. Aunque el ritmo del relato actual nos haya convertido en unos yonkis de la elipsis: Queremos empezar por el final. Y queremos todo el rato. “2010, antes de ayer como quien dice, pero en la prehistoria de esto”, dice uno de los emprendedores digitales que ha traído la Cámara de Comercio para participar en CETEC. “Mi padre tenía uno de los 5 IBM que había en Ceuta en los 60”, dice otro conocido empresario local. Cuesta a veces hacer el esfuerzo mental, pero el iPhone, el primer smartphone, no es mayor de edad. No puede conducir. Los avatares de las marcas nos atenderán en unos pocos años y nos vamos a acostumbrar, mucho antes de que incluso pueda digerir esta idea, a relacionarnos con ellos para comprar e informarnos de qué podemos comprar. Esperar que un humano le diga hola cuando llama a su servicio de atención telefónica está a punto de ser las pinturas de la Cueva de Altamira. Y usted ¿qué está haciendo con su vida? Ceuta está cambiando. Está cambiando a lo bestia, pero la mayoría no nos estamos enterando.

No es que el sol vaya a levantarse por el Hacho un día y Ceuta ya no sea Ceuta y sea Silicon Valley. Ni tampoco Mónaco. Pero los cambios están ahí. Están sucediendo. Y hay personas empeñadas hasta la médula en que sucedan. Y a usted le está afectando aunque no lo perciba todavía.

Para satisfacer la dosis de elipsis, la historia podría ser un plano en el que alguien de Procesa atiende a un visionario emprendedor del juego on line y en la siguiente escena se ve a David y Victoria Beckham levantando su copa de balón con un gin tonic en la plaza de Ricardo Muñoz salpicados por tenues rayos de sol que se filtran entre los edificios que la forman en una tarde templada de primavera. ¿Qué está pasando aquí?¿Qué es lo que ha pasado de una escena a otra? Vamos a intentar arrojar luz.

Hace apenas unos años el Brexit deja fuera de juego a un puñado de empresas gigantes dedicadas a las apuestas on line e instaladas en Gibraltar. Les acaban de mover, vía referéndum (que tomen nota en Barcelona), la frontera y ya no están en la Unión Europea. Si quieren seguir vendiendo sus millones de euros en apuestas a un treinteañero en Varsovia necesitan trasladar su oficina. Y ahí, al fin, en Procesa empiezan a hacer las cosas bien, aciertan en la estrategia. Los astros se alinean. El ‘timing’ que dirían en el argot digital. Cristóbal Montoro lo ve o se lo hacen ver. Juan Bravo lo ve. Tipos reducidos a lo digital al 0,5 por ciento. Y Ceuta capta empresas, gigantescas, no sólo en Gibraltar, también en Malta. La famosa mariposa acaba de aletear y el viento corre camino de convertirse en huracán.

Entra en escena Kissy Chandiramani empoderada como consejera de la economía de la Ciudad. Entra en escena Karim Bulaix como presidente de la Cámara de Comercio y sus equipos, sus personas capaces de hacer cosas, de izar las velas en el momento y la dirección adecuada para que el viento del aleteo empuje la nave.

Los gigantes del juego on line son una oportunidad. Con ellos se mueven un montón de empresas que les dan servicio, cobertura, que saben al día siguiente que algo está pasando en Ceuta. Que ven la fiscalidad, lo que se pueden ahorrar, y la necesidad de estar cerca de su cliente. Y se vienen. Van viniendo en silencio, sin hacer ruido. Usted ni se ha enterado, pero por la ciudad se cruza a veces con personas que trabajan para empresas que facturan miles de millones de euros al año, y que ni conocemos por su nombre. Personas con unas capacidades digitales a las que el SEO se les queda pequeño (para ellos lo que leer y escribir para usted). Que con un ordenador y un teléfono son capaces de hacer cosas increíbles. Y algunos son altos ejecutivos.

Oye ¿y si esto del juego on line da para más? ¿Y si realmente nos podemos convertir en un polo de atracción para todo el sector tecnológico? La gente se mueve. Bulaix conoce gente, tiene ideas, Mollinedo capacidad de hacer que todo encaje y la Ciudad la firme voluntad de apoyarlo echando la gasolina que se pueda, manteniendo las puertas de los despachos más nobles abiertas y la disponibilidad de un puñado de funcionarios de bajarse al barro con el emprendedor que sea hasta encontrar la o las soluciones que le permitan llegar a las playas de Ceuta y encontrar “aquí su hogar”.

Hoy suena ridícula la polémica generada por la organización del Foro Económico que organizó la Cámara apoyándose en El Español de Pedro J. Ramírez. A aquella reunión vino entre otros muchos Manu Gómez. Tuvo un ‘cruch’ con Ceuta. Le dio el siroco. Y hoy, ¿pero cuándo fue aquello? ¡Joder! Ayer, apenas septiembre de 2021. Hoy se levanta en el Puerto una enorme planta fotovoltaica con capacidad de generar 5 gigavatios de energía eléctrica para abastecer con energía limpia al primer data center de Europa en África. Y eso no significa que esté garantizado el futuro. Ni nada, pero significa muchas cosas.

La Cámara de Comercio busca apoyarse para un montón de iniciativas en sus compañeras de Andalucía y de pronto en mayo de 2023 aparecen por Ceuta un puñado de empresarios onubenses. Uno de ellos ha montado una cosa chulísima. Un simulador virtual de soldadura para ahorrar peligros, el peso y el coste del metal a quienes quieren aprender un oficio que, por más virtual que se haga la vida, sigue haciendo falta -dentro de su teléfono en el que probablemente esté leyendo esto hay cosas soldadas-. Otro flechazo. No fue el único de aquella expedición. Pronto en la Escuela de la Construcción se verán apoyados por esta tecnología y la empresa tendrá una sede a su lado para hacer cosas que saldrán de Ceuta para cruzar no ya el Estrecho, sino los océanos en plural.

El otro flechazo en aquella excursión desde Huelva con la ciudad lo tuvo Luis Arroyo, presidente de la Federación Andaluza de Agencias de Viaje. Se comprometió a ayudar. El pasado marzo trajo a cien agencias de viaje del otro lado del Estrecho para que conocieran el destino y pudieran venderlo. Gracias a ese evento una agencia local se va a traer un congreso de una potente empresa nacional en próximas fechas. Ya se ha beneficiado. Y en el encuentro se pudo palpar el enorme interés de los agentes de viaje por vender el destino Ceuta al calor de los incentivos creados para los turistas.

Son sólo algunos ejemplos, hay muchos más. Pero lo de esta pasada semana, el Ceuta Submmit Innovation (CETEC) se lleva la palma.

CETEC

Por la ciudad han desfilado fondos de inversión especializados en cazar startups, empresas que están empezando a desarrollar una idea que pretende hacer más fácil algún aspecto de la vida y ganar dinero con ello. A veces muchísimo dinero. Los fondos ponen dinero cuando están empezando estas empresas, cuando lo necesitan. Las orientan, las tutelan, les vigilan que crezcan en la dirección adecuada y si sale bien, la inversión acaba multiplicándose por dos, por tres, por cinco, por 20, a veces por más.

Son cazadores de gacelas en la jungla digital. Expertos cazadores. Y Ceuta cuenta ya con 6 empresas gacela. Empresas capaces de crecer a un 20 por ciento durante tres años consecutivos. Capaces de duplicar su valor en poco tiempo. No son muchas ni demasiado tecnológicas, pero en porcentaje son dos puntos más que la media nacional.

En CETEC han participado algunas empresas y personas de una relevancia enorme. Es el caso de José Antonio Pérez, fundador de covermanager que lleva años facilitando la vida a los restaurantes y a sus clientes, creó una herramienta digital que les permite gestionar sus reservas on line, desentenderse del teléfono. El cliente puede reservar desde su teléfono la mesa y el hostelero por tanto vender asientos que después se traducen en platos saliendo de la cocina y tickets a cobrar. 15.000 clientes en el mundo desde Jaén. 2.000 millones de reservas gestionadas al año (la segunda reservadora on line más grande de todo internet sólo por detrás de Booking). Tras comer arroz blanco cada día en sus inicios, vendieron el 30 por ciento de la empresa por 53 millones de euros. Ya valen más.

Eso en el lado de las empresas, pero el director Territorial (Andalucía) del Banco Santander, Manuel de la Cruz, vino a participar y a vender lo suyo, su fondo de inversión en empresas emergentes. Hola estoy aquí y tengo dinero para empujar tu proyecto si nos parece interesante.

O Antonio Romero Haupold que maneja el fondo Sherry Ventures. Invierte ya en 22 empresas de este tipo tras escrutar 2.200. El fondo es público-privado. El futuro está ahí. Y Romero se ha ido de Ceuta pensando que o alguna de las 22 en las que ya está metido o en las próximas inversiones que haga tiene que acabar instalándose en Ceuta.

El Gurú Duval

O lo que probablemente acabe por provocar un auténtico tsunami, Stephen Duval. No lo conoce, el que escribe tampoco hasta hace unos días. Duval es otro experto cazador de genialidades emergentes en el mundo digital. Con tres inversiones hizo ganar a quienes depositaron en él la confianza para gestionar un fondo de inversión, 2.000 millones de euros. Ergo tiene gasolina para montar una hoguera que se vea en todo el mundo. Y se va a instalar en Ceuta. Está pensando en instalarse aquí. Intervino, lo dejó claro: esto va de ser pionero, de llegar antes que los demás a la oportunidad. Y la oportunidad él cree que es Ceuta: “Me sorprende que se hable de Gibraltar o Malta y Ceuta no suene en las conversaciones”, dijo para añadir que para su privilegiada mente la ciudad es ahora mismo una oportunidad a aprovechar.

Duval se mueve en el mundo de los esports donde va de la mano del ex madridista David Beckham. Y ahí está la escena final de la que antes hablábamos. Su historia está ahora en revolucionar el boxeo. No quiere decir que los Beckham vengan a dar glamour a la ciudad. El matrimonio lo que ha hecho es poner su dinero en manos de Duval para que él lo invierta y lo normal es que Duval venga a la ciudad monte su equipo, delegue en la gente que cree capaz y él venga sólo de vez en cuando. Así funcionan estas cosas cuando son eficaces, eficientes y rentables.

Pero si un gurú de lo que sea hace algo, hay muchos que le van a imitar. Y Duval es gurú. Y si alguno de los fondos, empresas o el propio Duval, que estuvieron en Ceuta esta semana, de donde se han ido encantadísimos y dándole vueltas a la cabeza, desembarca en Ceuta, la inyección en la economía local puede ser de magnitudes desproporcionadas, acercando de forma exponencial conseguir el famoso cambio de modelo y que la ciudad sea un referente en el mundo tecnológico emergente, un polo digital, un imán.

Duval sabe que lo que a algunos parece un handicap para él puede acabar siendo una ventaja. Ceuta no tiene sitio para un número infinito de empresas. Instalarse ahora garantiza el hueco en un solar que puede que en pocos años esté tan abarrotado, que no haya sitio para nadie más y que dé a quien sí haya encontrado hueco una ventaja cualitativa y fiscal sobre sus competidores.

¿Pero estas empresas aportan valor?¿Generan empleo? Bueno, el juego on line son ya 700 trabajadores pululando por Ceuta, viviendo aquí, pagando su alquiler, comprando en sus supermercados, haciéndose las uñas, gastando aquí. Covermanager tiene centenares de empleados, por poner un ejemplo, no quiere decir que se vaya a venir.

Y sí, como con cada cosa de la vida hay sombras y luces. Un martillo se puede usar para clavar un clavo y también para partir una cabeza. Pero el martillo ni es bueno ni malo en sí mismo. Es el uso que se le dé. Y sí, entre los inversores (acostumbrados a vivir siendo espabilados) alguno hacía preguntas ‘golfas’: “¿Necesito residir yo aquí?¿Necesitan los empleados residir aquí o los puedo tener teletrabajando donde quieran?”. Hombre señor mío, estrújese un poco más y aproveche que está aquí para informarse. La idea se llega a lanzar desde el estrado. “Ceuta no necesita que todos sus emprendedores residan aquí, sólo sus empresas”, lanza Pedro Díez. El modelo estonio. No. Procesa lo ha estudiado ya y lo ha desechado. Con la fiscalidad actual eso nos vendría (trazo grueso, perdón) a convertir en un paraíso fiscal y nos pondría la lupa de las autoridades europeas encima.

Oportunidades para todos, también para la economía tradicional

Se trata de aprovechar la oportunidad tal y como existe, estirándola tanto como se pueda, pero hasta unos ciertos límites. Lo sabe bien Manu Gómez, Avangreen, el del data center y la planta fotovoltaica. Explica que vender su espacio en el data center se puede hacer de varias formas, a lo gordo con grandes operadores o currando un poco más, buscando clientes que además aporten valor por lo que hacen, por su negocio, a su empresa, pero también a Ceuta. Tal es el siroco que le ha dado. Así sucede cuando alguien se enamora de la ciudad. Dan ganas de llorar escuchándole compartir su fanatismo caballa.

Juan Goñi, otra de los venidos allende el mar que ha apostado por Ceuta y ha contribuido y se ha beneficiado -porque él siempre desde la simplicidad lo reconoce, “yo quiero ganar pasta”, le honra esa honestidad que a veces suena tan mal- tenía razón, al menos algo. Por más ridículo (más bien excéntrico) que nos siga pareciendo El Coloso.

Para atender todo esto que está pasando, para asentarlo, la ciudad necesita aún ir más allá del ecosistema digital. Toda esta movida que está sucediendo y están haciendo que suceda un puñado de personas necesita servicios de la vida física para asentarse. Hacen falta más viviendas (y los promotores y los constructores y las inmobiliarias se beneficiarán). Hacen falta más y mejores restaurantes (y los hosteleros se beneficiarán). Hacen falta más y mejores servicios profesionales (y los profesionales se beneficiarán): abogados, asesores fiscales, laborales, economistas y un largo etcétera que incluye hasta peluqueros. Tiendas de todo tipo (y los comerciantes se beneficiarán). Mejorar la sanidad y la educación. La Educación, la ciudad de la FP, adecuar la oferta a las necesidades de un mercado que no está en California o en Málaga que está aquí, que está desembarcando como los portugueses, pero sin su crueldad. Y todos los que sepan aprovechar el viento se beneficiarán.

La formación es clave

La educación es precisamente una de las claves. Volvamos a las voces cenizas: Ya pero es que al final viene gente de fuera, aquí la gente sigue sin trabajo. En eso de nuevo Procesa lo está haciendo bien. Hila fino. Se lo explicaba el propio José Ramón Olmedo al grupo de inversores y empresarios que guió por los entresijos de El Ángulo. “Formación a la carta”, les sentenció cuando ya les había captado el interés con los incentivos fiscales. Y es así, no sólo se importa mano de obra. Y tampoco nos pongamos tan estupendos, la Construcción lleva haciéndolo años, y antes, en gran medida no traían trabajadores de gran cualificación de la península, los metían por el Tarajal a echar el día poniendo ladrillos.

Procesa está adaptado su remanente de Fondos Europeos destinados a formación a diseñar, implementar y desarrollar cursos que doten de las habilidades necesarias a los ceutíes que los hagan para poder satisfacer las necesidades de personal de las empresas que están llegando. Ahora va poco a poco. Pero el referente es el Polo Tecnológico de Málaga.

Y ahí lo que están haciendo es eficaz. A veces la Administración, a veces las propias empresas, a veces los dos en cofradía, lanzan, financian y montan cursos de 6 o 12 meses, a veces de 3 meses, forman a personas en los nuevos oficios digitales, a veces recién inventados. Y la mayoría del alumnado que supera el curso, con el diploma bajo el brazo, casi sin una arruga aún, se va a la entrevista de trabajo y sale de ella con deberes para el lunes a las 8: entregar documentación, firmar contrato, empezar a trabajar. Eso allí está pasando ya hace un tiempo.

“Me quiero ir de Ceuta a hacer lo que sea porque aquí sólo puede uno embrutecerse”, varón veintipocos años, con familia en la política y criado en la periferia. Al final, por suerte se lo pensó, pero por recomendación le echó un vistazo a lo que ofrecía el Polo Tecnológico de Málaga y todavía no lo descarta. A cambiar esa percepción de falta de oportunidades que acaba por promover el desarraigo juvenil aspiran todas estas acciones, todo este cambio de modelo económico y eso sólo debería alcanzar para poner empeño y seguir sumando fuerzas.

Procesa y El Ángulo

Olmedo, por cierto, afinó tanto en su presentación en El Ángulo que había repasado la lista de asistentes y tiró un anzuelo. La Ciudad aspira a replicar el éxito del juego on line con cierto subsector de los seguros que ha tenido un problema similar al de las casas de apuestas con el Brexit. En el aforo había una empresa sufridora. A la que citó en su discurso de forma expresa el asunto. La empresa mordió el anzuelo a la velocidad de la luz y lo acribilló a preguntas.

Imagine ahora que alguna de las decenas de empresas que están acelerándose en El Ángulo bajo la tutela de Telefónica y Procesa es como Covermanager o por qué no soñar a lo grande como Google. Que alguna de esas o de las que puedan venir a aprovechar los incentivos fiscales tiene entre manos el próximo cambio de paradigma digital ¿qué podría suceder entonces?

Vayamos al mundo físico más asequible, más a mano, más fácil de entender. Inditex se compra una pequeña fábrica de punto en Lalín (en el absoluto centro geográfico de Galicia). Como puede, decide que no va a esperar a que la Xunta de Galicia o el Ministerio de Fomento actúe. Yo amplío la carretera que conecta el pueblo con la autopista. 80 kilómetros de vía para que sus camiones salgan rápido. De nuevo la clave es llegar primero.

Imagine que alguna de las empresas encuentra la solución para mejorar las comunicaciones con la península, para abaratar con herramientas de optimización de gestión el billete de barco o el propio transporte marítimo.

Incubadora de Inteligencia Artificial

La Cámara de Comercio, de nuevo el equipo de Bulaix, se lo ha currado para que Incyde, el instituto que gestiona la Cámara de Comercio de España, referente en formación e innovación, apueste por Ceuta para crear una incubadora de Inteligencia Artificial. Pero además orientado y vinculado al turismo. Se trata de encontrar soluciones a los problemas de esa industria, de ese sector que aporta el 12,8 por ciento del Producto Interior Bruto de la economía patria. 186.596 millones de euros de negocio. España es líder mundial en esta industria. Pues en breve será en Ceuta y desde Ceuta donde se van a buscar soluciones mediante la inteligencia artificial para mejorar los productos, hacerlos más rentables y mejorar la satisfacción del cliente.

Y vienen de la mano de Lenovo, como socio tecnológico. Y su responsable, Alberto Ruano, director general para toda Europa de la marca china que se compró IBM o Motorola, lo dejó claro, cada día por su mesa pasan propuestas (en plural) de este tipo, apuesta por la incubadora ceutí porque el proyecto que le ha presentado la Cámara le parece solvente y creíble.

Aquí de nuevo la colaboración público privada que parece estar cada día más engrasada en la ciudad. Para esta apuesta se han unido, el Puerto, la Ciudad, la Cámara y Lenovo y la Universidad de Granada. Todos a una.

Lo que se está haciendo está cambiando el modelo. Pero lo que se está haciendo puede, tiene potencial, llegar a provocar un enorme cambio en la ciudad. Uno difícil de vislumbrar porque las posibilidades que se están abriendo son imposibles de encerrar en un papel, de tratar siquiera de imaginar. También puede torcerse todo. Y entre las muchas apuestas que se hagan, alguna saldrá mal. Es cuestión de estadística. Y entonces habrá voces cenizas, talibanes de lo inamovible, que si fueran mayoría absoluta en la humanidad harían que aún siguiéramos viviendo en cuevas y practicando el nomadismo: No vaya a ser que este año haya cosecha y el próximo no, ¿y entonces qué?

Si cuajan cosas, si el famoso “ecosistema digital” cada vez más presente en los discursos públicos acaba por crecer, usted que lee esto y muchos otros se van a beneficiar aunque si tuviera que explicar lo que es un bit empezara a sudar.

Porque además no parece que haya muchas otras opciones reales para mantener el pulso económico que apostar por el cultivo digital. La Ceuta azul, verde y digital. Las otras alternativas se presentan hoy como seguir en la cueva pintando porteadoras.

Su Ceuta se la están cambiando (para mejor) y puede que acabe por no conocerla ni la...