sábado. 27.04.2024

Franco me la pela

Les confieso una maldad: si al abrir la tumba del dictador no hay nada, más que a Dios a quien habría que encomendarse sería a Luis García Berlanga. Porque les confieso que la escena que se presupone (helicóptero, una ministra de Justicia y los familiares al lado para sacar los huesos de un tipo que lleva muerto 44 años), encajaría perfectamente en cualquier guión del mejor cineasta patrio de todos los tiempos.

 

El caso es que a mi me da exactamente igual el destino de lo que quede de Franco. Ya he dejado claro en varias ocasiones que no me merece ningún respeto, pero que ojalá este fuese el mayor problema de España. Quim "Apreteu" Torra balcaniza España por el este, por el norte extensiones enteras de territorio se van a quedar despobladas en próximos años -detalle: en Soria tuvieron que esperar al 5 de enero para que naciera el primer niño de 2019-, por el oeste Extremadura sigue aislada y por el sur seguimos a lo nuestro: nuestro paro, nuestras miserias, nuestras incertidumbres.

 

Al sur del sur, en una de esas chinchetitas del mapa como decía mi añorado Higinio Molina, nuestros médicos atienden a la población local y a casi medio millón de población flotante. No tenemos UCI Pediátrica, pero si un Estrecho que nos aisla más que nunca, y ha sido a golpe de dar la lata cuando se ha activado la Unidad de Radioterapia que, parece, estará lista en año y medio. No hay vivienda ni casi jardines para pasear en una ciudad desdibujada, con la mayor tasa de fracaso escolar de España y en la que el último que encontró un trabajo fue recibido en loor de multitudes. Por no hablar de las navieras.

 

Por el norte, el sur, el oeste o el este, nuestros jóvenes no encuentran futuro. El Brexit nos deja un panorama incierto y las pensiones empiezan a dejar de ser algo habitual para empezar a adquirir tintes quiméricos. España es cada vez más pequeña dentro de una Europa fuera de punto: China y Estados Unidos libran en los aranceles la primera de las muchas guerras que afrontarán en las próximas décadas y África se muere de sed. Quiere decir: que vienen, vendrán y seguirán viniendo con más desesperación y  violencia de la que hemos visto en los últimos meses.

 

Energéticamente, somos un desastre. Importamos el petróleo de zonas tan estables como Arabia Saudí o Venezuela o el gas de Argelia. Pagamos una barbaridad a Francia por nuestra basura nuclear y hemos puesto un impuesto al sol. Para algo en lo que éramos líderes mundiales y nos lo hemos cargado. Eso sí: Greta Thumberg mola mogollón. Si, hombre, seguro que se acuerdan de ella: esa niña que hace dos semanas cualquiera hubiésemos consentido adoptar, no sea que nos llamasen fachas, y que ahora se ha diluido como un azucarillo en una gaseosa.

 

Así pues, me da igual lo que hagan con los restos de Franco. Me la pela, hablando en vulgar, como a miles de ciudadanos que tenemos cualquier cosa mejor que hacer que reiniciar la guerra que libraron nuestros abuelos. Dejen la momia en El Escorial, llévenla a otro cementerio o tírenla por el desagüe más cercano. Como quieran.

 

Disfrute, pues, de su momento, presidente Sánchez. Usted saca a Franco de su tumba, pero le recuerdo que miles de españoles siguen en las cunetas. Usted no ha cerrado heridas; al contrario. Le invito a que mire cuanta gente había en Cuelgamuros hace doce años un 20_N y cuanta, me temo, habrá el próximo.  Pero disfrute del momento. Eso si, le advierto que la historia suele convertir en amargos los más dulces de los caramelos. Memento mori, que decían a los generales romanos (no se si Iván Redondo también).

Franco me la pela