jueves. 25.04.2024

La caverna de la laberíntica política nos ha llevado a un complejo escenario que nos descubre extorsiones con nombres y apellidos. Una villanía con conductas obscenas, delictivas, putrefacta, vomitivas y lo que es peor, sustentadas con dinero público de por medio. Hay quien piensa que los problemas de la actualidad no están novelados cuando el "caso Bolorino" es todo un serial de novela negra al uso, con un personaje convertido en el testaferro de cabecera del "establishment" de este pueblo donde se eleva a la categoría de personaje a cualquier desalmado. Y este devoto de la tienda del espía, convertido en individuo de vodevil, es la patética expresión viva de las miserias humanas llevadas al ámbito de la ejecución práctica de cualquier patraña.
El vilipendio descarnado ha sido su hoja de ruta. Bolorino el multiembargado de este pueblo por sus tramas corruptas de incumplimientos fiscales con entidades públicas, amigo de los cobros en negro, aquél que cambia de sociedades como de camisa para encubrir sus "ingenierías financieras" domésticas, encarna el personaje del Lazarillo de Tormes, como ese pícaro mundano, pero con muy mala intención, capaz de lo peor y actuando sin escrúpulos. Sus prácticas han sido calificadas de terrorismo mediático por la utilización de libelos para el cobro del impuesto revolucionario que él practica con exigencia delictiva para cobrar dinero (de todos los colores). En alguna ocasión se le ha escuchado decir: "Yo soy un superviviente". Y ha sobrevivido siempre con idéntico modelo: la extorsión. Envuelto en ilegalidades de todo tipo, sus prácticas propias de Don Corleone de vía estrecha, han estremecido conciencias por su falta de escrúpulos y ha vilipendiado sin pudor honorabilidades de todo signo, intimidadas por su arrojo descarnado que ha manchado reputaciones como el que vierte un tintero en una camisa impoluta. El escarnio público es su arma arrojadiza para quien no se apreste a sus aviesas intenciones.
Bolorino o "el Bolo" como se le conoce, es el extorsionador oficioso de este pueblo y, dada su carencia de escrúpulos en el mamporrero, como sicario o personaje ideal para ejecutar cualquier amenaza intimidatoria, ejerce -hasta ahora-, con total impunidad. El acoso a uno de los periodistas de RTVCE cuando él fue director es un ejemplo de cómo es la conducta de este personaje amenazador, agresivo, exaltado, inmoral que le llevó a una sanción de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social. El trabajador sufrió rumores calumniosos en menoscabo de su reputación, entre ellos, emisión en un informativo de dudas sobre la verosimilitud de una baja médica. El Club Bolo llega a RTVCE donde su hijo se subió el sueldo el último año un 50% superior al de anteriores gerentes: 85.000 euros anuales y donde Bolo ha colocado a otro hijo y a su nuera en un procedimiento corrupto precedido de supuesta prevaricación. Se le permitió estar al frente a la tele pública y a la vez contar con otra privada, simultaneando sin incompatibilidad dos medios que habían de hacerse en teoría la competencia. 
En estas tramas resulta imprescindible contar con lo que en el Crimen de los Urquijo se decía: el colaborador necesario. Es el hombre en la sombra, quien ahorra en crema solar porque no la necesita y con solo ponerse en el Limonar tiene suficiente, amigo del dinero negro, que un francés diría "toujours", infiltrado en las cloacas de la política y que presume de reunirse una vez a la semana para rendir cuentas con el señor X. O sea, el parte semanal de sus tropelías ocultas con una mano negra agitando el patio.
Si son obscenas las alevosas felonías como práctica contra ciudadanos de bien y perpetradas por estos desheredados de la azada, no es menos escandaloso la impunidad que se les permite en ámbitos de poder por ser merecedoras de antecedentes penales.
La semana acabó, como no podía ser de otra forma, con la extorsión denunciada por el líder de Ceuta Avanza, Javier Guerrero, a quien -paradojas de la vida y de la inmundicia moral de Ceuta-, le quieren impedir su avance político a base de falsas imputaciones con MENAS. Un caldo de cultivo muy de moda difamatorio donde "el doctor" denuncia presiones de responsables a cargo de los menores para que éstos imputen falsedades a cambio de un rápido tránsito a la península. El mercadeo persa de estas prácticas obscenas y delictivas, siempre tienen por objeto cercenar proyectos de vida y carreras políticas en ciernes.
Y como de casualidades está el mundo plagado al igual que de desaprensivos, el personaje al que aludíamos al principio de esta crónica también se ve inmerso en la intermediación (personal o por encargo) PSOE-Guerrero, ya que habló en nombre del Partido Socialista a un estrecho colaborador del doctor, para alcanzar un acuerdo de pacto previo a las elecciones, intentando vender la piel del oso antes de cazarlo. Si su intermediación fue en nombre propio o por delegación, será cuestión que afecta solo a él y a quien dijo representar, cuando descolgó el teléfono en la tarde del viernes 21 de septiembre para esa propuesta electoral a la carta tan anticipada. Si las consecuencias de la negativa del doctor derivaron en la intentona de desprestigiarlo vía MENAS, queda en la duda metódica.
En días como estos conviene releer a Voltaire: "La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria". Esperemos que, de aquí a las elecciones de mayo, los ciudadanos no tengan amnesia y sepan discernir que es lo que más les conviene.
La extorsión y el chantaje no deberían tener cabida en un ámbito en el que hay que extirpar esos tumores malignos de quienes actúan con crueldad y sin un atisbo de conciencia. Necesitan una cirugía de urgencia o contaminarán la sociedad de tan miserables comportamientos objeto de Juzgado de Guardia

Convulsión por tramas de extorsión