El folletín de la vuelta de los toros a Ceuta sigue escribiendo capítulos. Vacíos de contenido, eso sí. Un culebrón que sigue dando vueltas sobre sí mismo, con más anuncios e intenciones que hechos palpables.
Desde la empresa promotora anunciaron hace ya una semana que emplazaban al Gobierno de Ceuta a una nueva reunión para trasladar el posible evento a mediados octubre, sustituyendo el hasta ahora homenaje a la Legión por una celebración taurina de la hispanidad coincidiendo con la festividad del Pilar. Pero, de momento, no se ha celebrado la reunión anunciada por el empresario ni la empresa promotora, Taurohispania Millenium, ha presentado todavía una solicitud formal, ni la documentación requerida, ni mucho menos una ubicación viable para instalar una plaza de toros portátil con capacidad para 3.000 personas y un diámetro de más de 60 metros.
“Desconozco que se haya presentado ninguna solicitud al respecto y en cuanto a reuniones, en su momento ya lo dijo el consejero, tuvo en su momento reuniones con la empresa, porque reuniones con todo el mundo no van a faltar por parte de este gobierno”, ha alegado el portavoz del Gobierno, Alberto Gaitán, sucinto como es su costumbre.
El portavoz del Ejecutivo de Vivas ha negado que se haya celebrado una nueva reunión con el empresario promotor, recordando que no le corresponde a la Ciudad elegir un emplazamiento factible ni preocuparse por la compleja tramitación que conlleva un festejo taurino: “Debe ser la empresa, no es algo que esté promocionado por la Ciudad, es la empresa la que tiene que presentar las posibles ubicaciones”, ha zanjado Gaitán, dando carpetazo por su parte a una polémica que, de momento, no ha pasado de las intenciones desde que se anunciara la vuelta de los toros a Ceuta 27 años después.
Un mes de polémicas artificiales y opiniones encontradas que incluso han salpicado a la arena política, con ruedas de prensa de Vox centradas en los toros con arma arrojadiza contra el Gobierno local e iniciativas parlamentarias de Compromís tratando de paralizar la celebración de una corrida en Ceuta. Casi treinta días después, la polémica sigue siendo solo eso, palabras, anuncios e intenciones que no terminan de encontrar la puerta de toriles.
