viernes. 03.05.2024

Normalmente, había sido un mero formalismo, prácticamente un trámite que se extendía varios días en el tiempo. Pero esta vez, la figura del Jefe de Estado cobra protagonismo como nunca antes en la historia de la Democracia a la hora de designar un candidato a la Presidencia del Gobierno. Felipe VI comienza hoy la sexta ronda de contactos en sus nueve años de mandato con el escenario más incierto que se recuerda.

La mecánica es la siguiente: el Jefe del Estado se reúne con todos los portavoces parlamentarios. Una vez escuchados a todos, de menor a mayor representación, traslada a la Presidencia del Congreso un nombre, a quien oficialmente se le encarga la formación de Gobierno. El candidato propuesto dispone de dos oportunidades. En primera votación, basta con obtener un mínimo de 176 diputados (la mitad más uno de los 350 totales) para ser investido como presidente. De no ser así, en segunda votación bastaría con obtener más 'síes' que 'noes'.

Pero esta será una ronda diferente. De entrada, la mitad de los grupos representados -ERC, Bciildu, Junts per Cat y Bildu- no acudirán a Zarzuela, al no reconocer la autoridad del monarca. Por tanto, la ronda de consultas será menor que en otras ocasiones: comenzará con el diputado José Javier Esparza, de Unión del Pueblo Navarro, y acabará con el propio Núñez Feijóo mañana al mediodía.

Y, a partir de ahí ¿qué?. Felipe VI tiene tres opciones: comunicar a Francina Armengol el encargo para la formación de Gobierno al candidato más votado, al que reúona más apoyos o la tercera: constatar que ni Núñez Feijóo ni Sáncoy hez tienen los apoyos necesarios e iniciar una ronda de consultas. En este caso, además, se pondría en marcha el calendario electoral. Cuarenta y siete días desde la finalización de la segunda ronda de consultas para acudir a una nueva cita con las urnas. Las negociaciones podrían seguir, y el monarca encargar la formación de Gobierno a uno si, durante ese tiempo, se constatara que reune la mayoría necesaria.

Cabe, incluso, otra opción más, de la que solo hay un precedente: que el candidato designado por el Rey decline formar Gobierno. Fue lo que hizo Mariano Rajoy tras las generales de 2015, lo que derivó en el encargo a Pedro Sánchez. Entonces, el apoyo de los 85 diputados que sumaba el PSOE y los 40 de Ciudadanos no fue suficiente, y los españoles repetimos Elecciones Generales por primera vez en la historia. El contador electoral se activó en ese momento.

Otra opción, que parece poco probable aunque técnicamente es posible, es la del candidato del consenso. Contrariamente a lo que se piensa, para ser presidente del Gobierno no hace falta ser diputado, sino recibir el encargo del Rey para formar un Ejecutivo y defender un programa de Gobierno ante las Cortes. No hay precedentes en democracia.

Mientras, los contactos sigiuen. Puigdemonta afirma que guardará por escrito todas sus conversaciones con el PSOE -lo de la confianza ciega no parece ser en esta ocasión- y los socialistas se afanan, como apunta El Mundo, en convencer a los independentistas catalanes en su voto sin que ello implique la 'tabla rasa' sobre el 1-O que tanto Junts como Esquerra han puesto sobre la mesa como línea roja infranqueable. Así está el panorama en las horas previas a que comience la ronda de contactos más incierta de nuestra historia.

El turno del Rey: comienza la ronda de consultas más imprevisible de la democracia