Freddy Maertens alza los brazos en meta. Ha logrado imponerse por segunda vez consecutiva en la misma etapa, dejando atrás en García Aldave a un pelotón con nombres ilustres como González Linares o Luis Ocaña. Mientras, uno de sus competidores toma aire confesando que acaba de recorrer uno de los recorridos más duros que recuerda. Los nombres de los corredores habrán despertado recuerdos entre los aficionados más veteranos o entre los frikis capaces de decir sin pestañear quien ganó la alta montaña en el Giro del 74 (es un ejemplo, pero hay gente así) o el mundial del 86. Esa etapa fue real: ocurrió en Ceuta, a mediados de los 70, en la Vuelta a Andalucía. Si: por aquí dieron sus pedaladas el último belga que ganó una ronda de tres etapas o el segundo español en ganar un Tour de Francia, el único que tuvo contra las cuerdas al gran Eddy Merckx. Eso ocurrió a mediados de los 70, con un recorrido muy similar al de la actual "Cuna de la Legión". Desde entonces, la relación entre el ciclismo y Ceuta ha sido de carreras de aficionados y siesta veraniega en el sofá convenientemente interrumpida cuando la carretera se levanta.
Pero ¿es posible que Ceuta albergue algún día la salida de la ronda hispana, como lo hace este sábado la ciudad que fue célebre por los apartamentos del “Un, dos, tres”?. ¿es realista o una quimera?. Intentos ha habido. En el año 2000, posiblemente impresionado por una edición vibrante -la primera de Roberto Heras-, alguien hizo una propuesta. El entonces presidente de la Ciudad, Antonio Sampietro, para que Ceuta albergase la salida de la Vuelta a España. El principal problema -el alojamiento- se solventaría con la contratación de “hoteles flotantes”, dijo entonces el mandatario. No llegó a firmarse ningún contrato, recuerda ahora, “pero si hablé con el director de Unipublic (Enrique Franco entonces, ya fallecido) para mantener una reunión en la que concretar las cosas y salir de Ceuta en 2001 o 2002”. Meses después, Sampietro dejó la Presidencia de la Ciudad y aquel impulso, el único expresado en público por traer a Ceuta una carrera de alto nivel, quedó en eso: un impulso, una intención.
Sin embargo, en la ciudad hermana las cosas han sido distintas. Tres años después de aquello, fallece en Madrid uno de los tipos más carismáticos que jamás haya montado en bicicleta. Un hombre de extremos, tanto en la carretera como fuera de ella, que pese a no tener un gran número de victorias sigue siendo recordado por miles de aficionados en todo el país: José María Jiménez. “El Chava” fallece a los 32 años, pero entre sus pocas victorias -en comparación con su leyenda- como profesional figura el Campeonato de España de 1997 en la Ciudad Autónoma de Melilla. Una prueba organizada dentro de los fastos para celebrar el V Centenario de la llegada de Pedro de Estopiñán a la Ciudad Hermana.
Ceuta apuesta, tímidamente, por el copatrocinio durante un par de años del Ávila Rojas, un equipo amateur pero del que han salido interesantes profesionales del ciclismo, sobre todo en Andalucía. Luis Angel Maté, jefe de filas de Cofidis en la ronda que comienza este sábado, forma parte de una plantilla en la que también figura Javier Moreno, ganador de una vuelta a Castilla y León, que consigue en esos años el título de campeón de España aficionado. Pero aquello expira un par de años después, pese al interés de la Federación Ceutí de Ciclismo y a la buena sintonía mostrada con el equipo.
La última vez que las palabras “Ceuta” y “Vuelta a España” coinciden en una frase es hace un par de años. Javier Guillén, director de Unipublic -propiedad, por cierto y desde hace un par de años, de la misma empresa que organiza el Tour de Francia- confesaba en “El Mundo Deportivo” tener varios objetivos pendientes. Uno, que la Vuelta vuelva a salir desde el extranjero -Jerusalen o el Reino Unido, tal vez- y dos, “poner un pie en África”. En esta entrevista se muestra ambicioso cuando habla de acabar la Vuelta en las Canarias con una etapa en el Teide y menciona que “También estaría muy bien llevar la Vuelta a África y poner alguna etapa en ciudades como Ceuta y Melilla”. Todo ello, cuatro años después de que la Vuelta saliese desde Jerez de la Frontera y la segunda etapa partiese... desde Algeciras.
Pero ¿cuando cuesta la Vuelta?. Es difícil de calcular, porque al margen del coste en si -según publica Agustín Castellote en The Luxor Echonomist en 2016, serían 110.000 euros- hay que preparar también carreteras, aceras, recorridos alternativos para no alterar el funcionamiento de la ciudad, etc. En el caso de Ceuta, además, lo reducido de la superficie de la ciudad complica las cosas. La repercusión mediática, eso si, parece asegurada: al ser el final de temporada, no pocos expertos consideran que la Vuelta a España es la más interesante y abierta de las tres grandes vueltas, porque ya las fuerzas van más justas. De ello es consciente el aficionado: desde que en 1995 la Vuelta pasase a disputarse en septiembre, las audiencias han mejorado considerablemente, y fue precisamente en la Vuelta del 96, la segunda en septiembre, donde se vio la última -y triste imagen- de Miguel Indurain en bicicleta. Prácticamente, la ronda se ve en los cinco contintentes. Sin ir más lejos, la etapa entre Marbella y Caminito del Rey del pasado año tuvo a 896.000 personas delante del televisor. La salida, en Málaga, a medio millón. Por no hablar del efecto, histórico, en lugares como los Lagos de Covadonga.
Manolo Sáiz, director de la ONCE -escuadra con la que ganó cuatro veces la ronda hispana- o Liberty Seguros entre otros equipos, señala a Ceuta Televisión que “una gran salida siempre es muy importante, porque la gente empieza a llegar el miércoles y está en la ciudad que sea hasta el domingo, con lo que se gasta también dinero en comer, dormir, etc. Por no hablar de la promoción: desde que se presenta la Vuelta el año anterior, se está hablando de la ciudad, que cuando empieza la vuelta copa las noticias durante prácticamente seis días. Es, hoy por hoy, una de las mejores promociones que pueda hacer una ciudad, porque el turista entiende que si una gran vuelta sale de un punto en concreto, es porque tiene algo que ofrecer”.
