martes. 30.04.2024

Que la discografía de Patxi Andión no sea tan conocida como la de Joan Manuel Serrat o Joaquín Sabina no la hace peor. El cantante madrileño, fallecido en 2018 en un accidente de circulación durante la gira de presentación de uno de sus discos, no era de metáforas ni de alegorías. Duro, crudo,visceral: canciones que en su caso iban de la barra del bar al estudio y a la guitarra. La más emblemática, la más desgarradora, aquella en la que el único superviviente de un naufragio ocurrido en el Cantábrico recordaba sus ganas de irse con sus compañeros, a los que su imprudencia había condenado. Andión rozaba la emoción cada vez que lo contaba: "En el pueblo, aquel marino no hablaba con nadie. Llegaba al bar, pedía un vino, y se marchaba. Pero, nunca supe por qué, conmigo era con los pocos con los que rompía el silencio".

Aquella canción contaba la historia de un hombre que siempre camina 'Con toda la mar detrás'. El autor de "Rogelio" o "Una, dos y tres" murió sin saberlo, pero en esa Ceuta donde el pasó tantos momentos -como uno de sus dos viajes de novios- camina un hombre que podría sentirse identificado con esa canción. Pero si el marinero de su tema era un piloto borracho, Eumenio Prieto es uno de los dos supervivientes de aquella trágica jornada de hace 70 años y algunos días.

Eumenio Prieto saluda a varios oficiales de Marina/ Dani Hernández
Eumenio Prieto saluda a varios oficiales de Marina/ Dani Hernández

Camina, pese a sus más de noventa años, con paso firme, sin ayuda y con la mente tremendamente lúcida. "Una cosa que no quiero que se que se quede en el tintero es que fue culpa del comandante. El comandante era novato, era la primera vez que iba a salir y cuando le dieron la orden de salir, nosotros estábamos en el muelle de España aparcado, atracados ahí y no se podía salir a la mar. La mar estaba fatal, no había pesqueros, salían ni nada. Y él salió. Salió porque era una cobardía decir que que no iba el primer viaje, que dijera que no teníamos que estar tres días navegando por la costa de Marruecos hasta llegar a Melilla, cuando Melilla se llega en ocho horas, pues teníamos que estar tres días con víveres para tres días que llevábamos, que no comimos nada, nada. Todo se perdió. Quedamos sin comer hasta hasta que nos llevaron a a la bahía de de Gibraltar, que fue donde se podía entrar nada más. Ceuta cerrado, Málaga cerrado.+odos los puertos estaban cerrados y el único que estaba abierto es Gibraltar. Y le dijo El Comandante nuestro dice pues métase usted bajo la responsabilidad de España, se metiera allí. Y nos metió en la bahía. Y allí vinieron los barquitos que había, que hacían el trayecto Algeciras, Punta Europa, el Punta, Europa y otro más. Y nos trajeron la ropa. Estábamos en cueros, estábamos en cueros, me trajeron un jersey de cuello alto, pantalón, pantalón y y calzado calzado", recuerda. Del papel del capitán González de Aldama hay varias versiones, de las que habrá que seguir hablando...

Eumenio atiende a la prensa, con una lucidez pasmosa, a la entrada de la Iglesia de África, en los momentos previos a que sea oficiada una misa en memoria de sus compañeros fallecidos. "Nos trajeron café, nos trajeron coñac y ya nos reanimaron un poco ahí, con la orden de que no habláramos con nadie. Prohibido hablar con nadie. Periodistas ni nadie. Claro, no querían que se hablara porque había sido un fracaso total desde del mando. Ni un ni un chaleco salvavidas disponible, ni uno. Ya cuando nosotros salimos es como el temporal que ha habido en Semana Santa. . A nosotros nos cogió la lluvia en la mar. Yo estuve tres horas nadando, tres horas agarrado a un enjaretado con los dedos agarrotado, porque el enjaretado es un soporte para tapar cuatro motores de la radio y eso tiene un maderasy hace un boquete. Y ahí metimos los dedos. Y cuando llegamos allí al barco, al Podestá que era el que no, el barco que salió de Ceuta y se paró, iba en lastre y bajó una altura tremenda.Yo le decía al otro tú no te preocupes, que nosotros llegamos a alguna playa, llegamos nosotros, Nosotros no nos vamos a quedar aquí. Y él iba, él iba en camiseta y un pantalón de deporte en cueros, todo y cayendo agua y un frío que hacía agarrotado".

El presidente Vivas y el consejero de Presidencia, Gaitán, durante la misa/ Dani Hernández
El presidente Vivas y el consejero de Presidencia, Gaitán, durante la misa/ Dani Hernández

A la misa asiste el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y varias autoridades tanto civiles como militares. Eumenio, en uno de los bancos principales, mira al frente. Lo hace con el recuerdo de aquella tragedia que marcó su vida, pero que el ha vivido para contarla. "Solo quedamos dos: uno que está en una residencia en Murcia y yo", nos dice al principio. "De cabeza, mejor que nosotras", señalan su hija y nieta. El mira al frente, seguramente rememorando aquella mañana en la que sobrevivió al temido temporal. Aquella jornada desde la que camina, como aquel pescador de la canción, con toda la mar detrás....

Eumenio Prieto: con toda la mar detrás