jueves. 02.05.2024

Por desgracia, los hospitales han sido, y siguen siendo, protagonistas en la crónica informativa española en los últimos meses. Cualquier persona medianamente informada sabrá situar Virgen del Rocío en Sevilla, Virgen de las Nieves en Granada, Miguel Servet en Zaragoza, Vall D'Hebrón en Barcelona o Gregorio Marañón en Madrid. Al igual que "Adolfo Suárez" en Madrid o "Josep Tarradellas" en Barcelona, a la hora de hablar de los dos principales aeropuertos del país.

 

Ceuta tiene auditorios, hospital, centros de salud o helipuertos. Pero muchas de estas instalaciones sin nombre. Por empezar, por ejemplo, por el tema sanitario, el Hospital se llama "Hospital Universitario de Ceuta", a secas. No ha habido propuesta oficial para nominarlo, más allá de alguna intención del ex diputado del PSOE, Sergio Moreno, de nombrarlo como "Antonio Sánchez Prados". Tampoco tienen nombre los Centros de Salud, ordenados por número y nominados por la zona donde se encuentran: Otero, Tarajal y Recinto Sur. Si tiene nombre propio el Servicio de Urgencias de Atención Primaria, el "José Lafont". Curiosamente, ni era médico ni tenía ninguna vinculación con Ceuta: se trata de un empleado del Banco Hispano Americano, concejal del Ayuntamiento de Barcelona y con una importante participación en el mundo sindical del Régimen franquista. Su muerte, acaecida en 1967, coincidió con el inicio de las obras del hoy Servicio de Urgencias de Atención Primaria.

En el plano de las dotaciones culturales, la cosa no va mucho más allá. Tienen nombre propio la Biblioteca Pública del Estado "Adolfo Suárez" (inaugurada meses después del fallecimiento del ex presidente) y el Campus Universitario "Catedrático Manuel Olivencia", en recuerdo del histórico profesor ceutí, que entre otras cosas fuera comisario de la Exposición Universal de Sevilla en 1992. Quedan por nominarse la Biblioteca de El Morro (parece indicar que se llamará "Ciudad de Ceuta", aunque es un extremo aún por confirmar) o el Auditorio del Revellín. Oficialmente, se llama así, haciendo alusión a la zona de la ciudad en la que se encuentra. Si tiene nombre, por ejemplo, el conservatorio: es el de Ángel García Ruiz, uno de los compositores del himno de Ceuta.

Las instalaciones deportivas si están rotuladas en su mayoría. Queda, por ejemplo, por saber que nombre llevará la futura Pista de Atletismo. Los de fútbol siete de El Príncipe llevan el nombre de los fallecidos Tuhami Allal y Ayman Aomar, como la ciudad deportiva de la FFCE lleva el nombre de Emilio Cózar, presidente desde 1978 hasta su muerte treinta años más tarde del estamento federativo. Otros ilustres del deporte ceutí como Alfonso Murube (futbolista del Ceuta Sport muerto en el Frente de Aranjuez durante la Guerra Civil), Antonio Campoamor y José Ramon López Díaz-Flor (piraguista, el segundo de ellos plata en Montreal 76), Guillermo Molina (campeón del mundo de waterpolo) o José Martínez "Pirri" (ex jugador del Real Madrid) dan su nombre a pabellones o campos de fútbol. "La Libertad" o "Santa Amelia" hacen alusión a las zonas y otros ilustres del deporte ceutí, como por ejemplo Lorena Miranda o Mohamed Alí Amar "Nayim" tendrán que esperar a mejor ocasión. Dos directivos, José Benoliel en el caso del fútbol y Vicente Bernet en la natación, dan su nombre a un estadio y a la piscina del CN Caballa.

Y el Helipuerto. Curiosamente, y a pesar de que se ha elevado consulta a instituciones como INGESA o Ciudad Autónoma, la única entidad que si ha aclarado los trámites a seguir para 'bautizar' a una instalación ha sido Aeropuertos Nacionales (AENA). Aclaran que "debe elevarse, por una corporación o entidad con peso representativo de la ciudad o región que sea" la consulta al Ministerio de Fomento. Suelen ser "personas o cuestiones muy representativas de la ciudad o región" los elegidos para dar nombre a estas instalaciones. En el caso de Barajas, se optó -fue iniciativa del periodista Luis Del Olmo- por bautizar como Adolfo Suárez al aeropuerto madrileño, a imitación de otros aeropuertos presidenciales como el neoyorquino John Fitzgerald Kennedy o el parisino Charles De Gaulle. En el caso del aeropuerto de Málaga, por ejemplo "se optó por bautizarle como Costa del Sol para darle una visión más amplia que el de una ciudad, para abarcar a toda la marca turística, que es potente a nivel mundial" de la zona. Los últimos cambios han sido el de Santiago, nominado desde hace meses como Rosalía de Castro y uno que supone un curioso guiño a Ceuta para finalizar este artículo: César Manrique, cuya última obra se encuentra a cien metros del Helipuerto sin nombre (inaugurado en 2004), da nombre desde 2019 al aeropuerto de su Lanzarote natal.

 

La ciudad de las cosas sin nombre