sábado. 04.05.2024

"Nadie en el Tercio sabía, quien era aquel legionario". Es el inicio del Novio de la Muerte: una canción dedicada a la Legión, sobre la que se han escrito ríos  de tinta. De entrada, hablamos de eso: de una canción, y no del himno del Tercio, como erróneamente se cree debido a la gran popularidad de esta copla estrenada en el teatro Vital de Málaga el 20 de junio de 1921, en el marco de la terrible Guerra del Rif en la que andaba inmerso nuestro país hace un siglo.

Y el segundo 'error', aunque aquí entramos en los terrenos de la licencia artística del compositor. Si se sabía quien era. Se llamaba Baltasar Queija de Vega, y había nacido con el siglo XX en la localidad onubense de Riotinto. De ahí marchó a Canarias, para trabajar como camarero, donde se encontró con un cartel que invitaba a alistarse en el Tercio.

Queija, que debía tener cierto espíritu aventurero, sintió que en aquello tenía una oportunidad y se alistó. Fue uno de los primeros legionarios. Pero también, el primero fallecido en acto de combate, en junio de 1921, meses después de recibir una terrible noticia: la imuerte de su prometida.

La historia llega a oidos de Fidel Prado Duque. Un curioso personaje a su vez: compositor, periodista y que en los últimos años de su vida se ganó la vida escribiendo novelas del oeste con el pseudónimo de F.P Duke. Y, por aquello de la emotividad y la licencia artística, comenzó con la 'mentira' de la primera línea. Si: en el Tercio si sabían quien era aquel legionario...

Sí: en el Tercio sí sabían quien era