Comienzo este artículo tal y como he hecho en innumerables ocasiones en mis redes sociales en las últimas semanas, expresando públicamente mi más sentido pésame a familiares y amigos de los más de 12.500 fallecidos “registrados” como consecuencia de la mayor crisis sanitaria de nuestra historia, la crisis del covid 19. Familias rotas por el dolor, por la tristeza y el sufrimiento en las peores condiciones posibles, inimaginables en la España del siglo XXI. Familias que no han podido acompañar a sus miembros en la enfermedad, pero que tampoco lo han podido hacer en su despedida hacia otro plano espiritual. A todos ellos, mis más sentidas condolencias.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, expresar públicamente con estas breves, pero sinceras palabras, mi agradecimiento a todos los profesionales de los servicios de emergencias; sanitarios, auxiliares, fuerzas y cuerpos de seguridad, estamento militar, bomberos, vigilantes de seguridad, Protección Civil, 112 así como, a todos los que están desempeñando labores esenciales para el normal funcionamiento de nuestra sociedad como transportistas, servicios de limpieza y desinfección, reponedores, cajeras y un largo etcétera. Vuestros esfuerzos y sacrificios constituyen nuestra esperanza en los peores momentos. Muchísimas gracias a todos.
Una vez dicho esto, debo recordar que nos encontramos ante una pandemia ya conocida por nuestros dirigentes, ante la que obviaron dedicar todos sus esfuerzos al estar ocupados en alcanzar acuerdos de gobernabilidad con sus socios secesionistas. Una realidad incuestionable tras la confirmación del propio ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, a primeros de marzo. El máximo responsable ministerial señaló ante los medios de comunicación, acompañado por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que el Ejecutivo conocía de la gravedad del Covid 19 desde primeros de enero, pese a lo cual no tomó ninguna medida para frenar su avance hasta después de las manifestaciones feministas del 8M.
Si la tardía y nefasta gestión de la pandemia está provocando altísimas cifras de contagios y fallecimientos, no menos preocupante es como algunos la aprovechan para soterrar sus verdaderas intenciones. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, sin ruborizarse, manifestó en sus redes sociales “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuera su titularidad está subordinada al interés general” obviando deliberadamente el contenido que no le interesaba por razones evidentes y que se encuentra un poco más adelante en el articulado “nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto en las leyes”.
Según avanzan los días tengo menos dudas respecto a que el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias están aprovechando esta terrible pandemia para transformar nuestra democracia a un régimen similar al bolivariano chavista de Venezuela con la complicidad de los grandes emporios mediáticos, subvencionados con los 15 millones de euros que habrían sido necesarios para sufragar la compra de material sanitario destinado a la lucha contra la pandemia del covid 19. En definitiva, España está en peligro, reaccionemos.