15 de julio de 2018, 23:56
Desde este pequeño espacio y sabiendo perfectamente que me faltan detalles que jamás voy a conocer, bien por no poder acceder a ellos o porque la Ciudad tampoco los quiere mostrar, tengo que reconocer la auspicia de quienes acaban como víctimas cuando realmente son beneficiarios y protegidos.
Sin querer ir contra los trabajadores de TRACE, pues sus derechos siempre tendrán que ser defendidos, jamás podré entender cómo una Consejería invierte tanto y más en un servicio que, por diversos motivos, no cumple el pliego de condiciones mientras ha quedado demostrado, o al menos así lo manifiesta un informe, que obtiene beneficios. Y no es únicamente que no lo cumpla, es que gastan más de lo que necesitan para limpiar, según ese mismo informe, y encima tienen la seguridad suficiente para plantar cara a todo un Gobierno, con notas de prensa y acusaciones cruzadas. Unas acusaciones que buscan perjudicar únicamente a la población de Ceuta, que tiene que vivir entre la mierda, no únicamente de sus calles, sino de la que esconden quienes hacen del dinero público un cortijo de clientelismo, licitaciones sin control y, a veces y aquí es lo más preocupante, adjudicaciones sin concurso, es decir, a dedo. Tragsa o las Brigadas verdes lo saben muy bien.
Pero como dice la canción " el problema no es que el Gobierno de Vivas lo haga, el problema es que nosotros y nosotras lo permitimos cada vez que hay elecciones y nuestros votos no cambian el sentir de una Ceuta que ha tocado fondo. Urgen otras maneras de gestionar lo público, invertir en infraestructuras y servicios, priorizar los presupuestos por objetivos, potenciar la economía social y la racionalización del gasto y creer en la igualdad.
Hace años que Ceuta está perdiendo la batalla a favor de los de siempre y en decremento de una mayoría dormida, que estoy segura está empezando a despertar.