La crisis fronteriza del pasado mes de mayo, con la entrada en la ciudad de forma irregular de cerca de 12.000 marroquíes (cifras aún no confirmadas oficialmente por el Ministerio del Interior), más de 800 de ellos menores de edad, suponía un verdadero reto para las autoridades en todos los ámbitos y, muy especialmente, para las autoridades educativas que se veían obligadas, tras la paralización de las devoluciones acordadas con Marruecos en el mes de agosto, a implementar los medios para garantizar su educación educativa, especialmente de aquellos que se encontraban en edad de escolización obligatoria.
Una escolarización que el caso de los menores de 11 años se realizaba por la vía tradicional, en los colegios de nuestra ciudad, mientras que para aquellos de entre 12 y 16 años se desarrollaba por medio de aulas de primera acogida e inmersión lingüística, habilitadas en los institutos en horario de tarde.
En el caso de los primeros, el número de menores escolarizados ascendió a 19, mientras que en el de los segundos, la atención socioeducativa se llegó a prestar a 182 chicos, en el momento de máxima asistencia, en el mes de octubre.
Ahora, diez meses después de la entrada masiva, y cinco del inicio del curso, se ha producido un importante descenso en el número de alumnos que siguen recibiendo atención educativa en nuestra ciudad. Así, en el caso de los menores de 11 años, tan solo 2 de los 19 que iniciaron el curso en los colegios ceutíes permanecen en la ciudad, si bien ni la Dirección Provincial de Educación ni la Ciudad Autónoma han concretado cuál ha sido su destino. En el caso de los chicos de entre 12 y 16 años, frente a los 182 que eran atendidos en el momento de máxima afluencia, son 131 los que continúan asistiendo a clase en el día de hoy.
Además, cuatro de estos menores, que han mostrado un importante avance en materia de lingüística y un nivel adecuado en materia educativa, han sido incorporados a programas formativos de entidades sin ánimo de lucro, como Cruz Roja o el sindicato UGT.
Finalmente, para aquellos menores que habían superado ya la edad de educación obligatoria, es decir, de entre 16 y 18 años, el Ministerio de Educación habilitaba aulas de formación en el complejo de Piniers. 170 de estos jóvenes comenzaron a asistir a esas clases, si bien desde el Ministerio no se ha concretado cuántos de ellos continúan recibiendo estas clases, ya que, han explicado, se está procediendo al recuento en estos días.