Hace justo un mes, los medios de comunicación de toda España recibíamos una petición no muy usual por parte del Cuerpo Nacional de Policía: difundir la fotografía de una mujer desaparecida y que, se creía, podía estar en serio riesgo. Desafortunadammente, el tiempo ha dado la razón a los malos presentimientos que tenían los investigadores, y el caso ha terminado de la peor manera posible: sus restos mortales han sido encontrados, descuartizados, en el pozo de una zona rural en Jerez de la Frontera.
De momento, se desconoce si estamos hablando o no de un caso más de violencia de género, puesto que queda por aclarar si Buran, iraní de 64 años, mantenía o no una relación sentimental con Miguel, detenido como presunto autor del asesinato. El, casi octogenario, ya había estado en prisión quince años por un delito similar.
Se sabe que había mantenido algunos encuentros esporádicos con su asesino -confeso-, al que conoció por casualidad en un bar. Ella le habría hablado de la necesidad de regularizar su situación en España. Fue en junio cuando se la vio con vida por última vez. Tras más de un mes de búsquedas infructuosas, la Policía Nacional decidió publicar su foto hace justo treinta días, pidiendo especial colaboración ciudadana, en particular en zonas geográficamente cercanas o no muy lejanas de Jerez. Las contínuas visitas de Miguel al lugar habían llamado la atención a una vecina, que lo comunicó a los agentes policiales. Por desgracia, había acertado: los restos de Buran, que llevaba algún tiempo en nuestro país, fueron encontrados bajo unos cascotes y a varios metros de profundidad. El ha ingresado, nuevamente, en prisión por un caso que está bajo secreto de sumario.