El acuartelamiento de 'El Jaral' ha acogido desde las 13.30 de la tarde de este jueves el acto de relevo en el mando en el Regimiento de Ingenieros número 7. una cita que ha estado presidida por el Comandante General de Ceuta, Marcos Llago Navarro y que ha supuesto la despedida del coronel Juan Fernando Linares y la bienvenida al todavía teniente coronel (ascenderá a coronel en los próximos días) Francisco Cañete.
Precisamente ese ha sido el momento más significativo de este acto, en el que Linares le ha entregado el Guión del Regimiento a su sucesor, símbolo de ese traspaso de poderes efectivo desde hoy.
Tras esta entrega, el nuevo jefe del RING-7 ha querido agradecer el trabajo desarrollado durante estos años por su antecesor en el cargo. A él se ha dirigido para subrayar como a lo largo de los últimos días ha podido comprobar el buen trabajo del Regimiento de Ingenieros, fruto de su trabajo previo, y para desearle suerte en el futuro que a partir de este momento afronte.
Ya centrándose en la que será su labor, Francisco Cañete ha señalado, dirigiéndose al Comandante General, que “mediante la excelencia en la preparación y en el trabajo de los Ingenieros, siempre dispondrá de un Regimiento capaz de afrontar sus misiones en el apoyo al combate y apoyo general de Ingenieros, así como en aquellas que usted requiera, con adaptación plena a la situación y a los factores que concurran”.
El Regimiento de Ingenieros Nº 7 es la Unidad que proporciona a la Comandancia General los apoyos al combate que necesitan sus Unidades para el cumplimiento de sus misiones.
Estos apoyos se traducen en acciones para facilitar el movimiento de las unidades propias y mejorar su capacidad de supervivencia en el campo de batalla, así como para dificultar el movimiento de potenciales adversarios. Para ello, el Regimiento cuenta con múltiples capacidades.
De ellas se puede destacar el apoyo que proporcionan los Zapadores, con sus vehículos de combate, la capacidad de construcción y de organización del terreno, la desactivación de artefactos y explosivos improvisados, el reconocimiento terrestre y la navegación y buceo.
Estas capacidades permiten al Regimiento enfrentarse a las potenciales amenazas que pueden darse en el entorno actual, en el horizonte 2035, definido como un espacio de batalla no lineal con áreas urbanizadas, frente a un enemigo tecnológicamente avanzado, todo ello junto a misiones de apoyo a las autoridades civiles.
Se trata pues de un Regimiento moderno pero que hunde sus raíces en lo más profundo de la historia de los Ingenieros Militares, pues es descendiente directo del Regimiento Real de Zapadores Minadores, primera Unidad española del Arma de Ingenieros, creado por Real Decreto de 5 de septiembre de 1802 con antigüedad de 17 de abril de 1711.
Desde entonces hasta nuestros días, el Regimiento ha sido protagonista en numerosos episodios de la historia de España. Por su singularidad, se puede destacar la llamada “Fuga de Zapadores”, durante la Guerra de Independencia, cuando el Regimiento Real de Zapadores Minadores fue la primera unidad del Ejército español que, con sus oficiales y banderas, se sublevó en 1808 contra el ejército invasor.
De los hechos heroicos que han protagonizado las unidades del Regimiento son testimonio las dos corbatas de la Laureada Colectiva de San Fernando, las dos medallas militares colectivas y la corbata de la Orden Piana que luce actualmente su Estandarte.
A estas corbatas se une la medalla de la ciudad de Ceuta, en su categoría de plata, concedida en el año 2019, muestra de los lazos que unen al Regimiento de Ingenieros Nº 7 con la ciudad, donde se ubica desde hace más de un siglo, concretamente desde 1910.
