miércoles. 08.05.2024

Cuenta la leyenda -algunos la sitúan en un hotel de la capital, otros en uno de San Lorenzo de El Escorial donde las juergas de Paco Rabal eran eternas y donde se casaron Lola Flores y Manolo Caracol- que Luis Miguel Dominguín consumó una noche de lujuria con Ava Gardner. Consumada la faena, el padre de Miguel Bosé, cantante y negacionista, salió corriendo del hotel. "¿Dónde va, maestro?", le preguntaron. "A contarlo", dijo el.

Dominguín había conocido al animal más bello del mundo en la barra de uno de los iconos de la noche madrileña: una suerte de mago de los cócteles y conseguidor de casi todo (desde combinaciones imposibles hasta pelicilina de estraperlo) llamado Pedro 'Perico' Chicote. Que tenía muchos amigos: no sólo el matrimonio de Ava Gardner o Frank Sinatra o a todos los toreros de la época. También se acercaban por el Museo Chicote otros como Salvador Dalí o alguien que había protagonizado una épica y filmada discusión con Miguel de Unamuno: José Millán Astray.

 

Al fundador de la Legión se le atribuyen muchas leyendas en sus correrías madrileñas. Desde retarse en duelo con Santiago Bernabéu tras incomodar a la mujer de un directivo madridista hasta tener tantas amantes como heridas de guerra. Una de ellas era Celia Gámez: musa del cuplé y del chotis, con un rostro felino, y de la que Millán Astray fue padrino en su boda. Por supuesto, el militar y la cantante habían sucumbido en más de una ocasión a la coctelera de Chicote.

Así que en el punto exacto de la boda se encuentra el origen de esta bebida. Los festejos tuvieron lugar, ¿cómo no?, en la mítica coctelería, donde este y Millán andaban dándole vueltas a la cabeza para ponerle el nombre a un preparado de leche condensada, ginebra y hielo. Eso como base: el mito hablaba también de pólvora. El objetivo era ayudar a los legionarios a conciliar el sueño.

 

Alguien se fijó en el maquillaje de Celia Gámez (a quien también se le atribuyen furtivos romances con Alfonso XIII) en su boda con un médico llamado Juan Manuel Goenaga. La pintura resaltaba su rostro felino, sus ojos parecían los de una pantera. Ahí nació el nombre de una bebida que, en mezcla con otros cócteles, llegó a estar de moda en la movida madrileña y vinculada íntimamente a la Legión. Por cierto: Chicote -muerto el Día de Navidad de 1977- presumía de reunir a la cuna de la intelectualidad. Efectivamente: una frase incluida en el mítico "Madrid, Madrid" con la que el mejicano Agustín Lara homenajeó a la Villa y Corte.

La mirada de Celia