No cabe ninguna duda en estos momentos sobre la trascendencia social del "Caso EMVICESA", uno de los asuntos judiciales de los que más se ha hablado y escrito en nuestra ciudad. De hecho, estamos ya a punto de entrar en el siguiente estadío: el de la celebración del juicio. La Fiscalía tiene un plazo máximo de tres meses para su escrito de calificaciones (generalmente son diez días, pero ante la pandemia y complejidad del caso se ha decidido ampliar este tope) tras el cual vendrán los escritos de la defensa. El Ministerio fiscal tiene hasta el 14 de noviembre. Se calcula que las defensas podrían apurar el resto del año.
A partir de ahí, viene lo que en teoría podría ser algo sencillo: fijar fecha y hora para el inicio del juicio. Sin embargo, no va a ser tan sencillo. Serán decenas de personas las que se sienten, con mayor o menor grado de responsabilidad a entender de la Fiscalía, en el banquillo. Cada una con sus abogados: de oficio en algunos casos, o desplazados desde la Península en otros. Coordinar las agendas no va a ser nada sencillo, teniendo en cuenta además el retraso generado en la Justicia por mor de la pandemia.
Pero luego viene una cuestión de la que podemos hablar mucho en los próximos meses: el lugar. "En algunos juicios más o menos multitudinarios, como el celebrado contra los inmigrantes del asalto a la valla de 2018, había ciertos problemas de espacio en el Ceuta Center. Solo con los acusados prácticamente llenaríamos los asientos dirigidos al público en uno de los laterales", cuenta una fuente judicial.
Lo que es seguro, por tanto, es que no será en el Palacio de Justicia. "Pero no puede ser en cualquier lugar. No basta solo con un recinto en el que entre toda la gente, porque además habrá que guardar la distancia mínima de seguridad entre persona y persona por el coronavirus. Ese lugar debe tener un sitio que pueda habilitarse para reuniones entre las partes, conexión a internet, acceso a los programas y servidores del Ministerio de Justicia, buena acústica"...
No hay, por tanto, mucho donde elegir. La fuente no descarta "pero para nada" que el lugar pudiera ser el Auditorio del Revellín. Esto, el de la búsqueda de una ubicación alternativa, es algo más frecuente de lo que se cree en la Justicia española. El juicio del 11 M hubo de celebrarse en la madrileña Casa de Campo, por ejemplo, ante el elevado número de acusados y las extraordinarias medidas de seguridad. Estas, sin embargo, no serían un requisito excesivo en el juicio de EMVICESA: "Las habrá, como en cualquier juicio, pero no estamos ante gente de una extremada peligrosidad, no hablamos de delitos de sangre".
