La tranquilidad de la comunidad de vecinos del “edificio de colores” se ha visto truncada tras el devastador incendio que afectó el viernes al inmueble. Tras la inspección realizada por técnicos y la policía científica, se han detectado graves daños que afectan al forjado de la primera planta, lo que impide el acceso de los residentes a sus viviendas en ese nivel.
Los técnicos han confirmado la probable necesidad de realizar obras de demolición y refuerzo para garantizar la seguridad estructural del edificio. Sin embargo, debido a la presencia de escombros y enseres dispersos en los espacios comunes, la visibilidad es complicada y se requerirá una nueva visita para evaluar la magnitud de los daños y la viabilidad de las reparaciones.
Tras tres días de retén, los bomberos tienen previsto abandonar el lugar mañana, dejando la custodia en manos de la policía local y nacional. Sin embargo, los vecinos se verán obligados a contratar seguridad privada para proteger sus viviendas mientras las obras se llevan a cabo.
A pesar del riesgo y la dificultad, algunos vecinos han podido subir a sus apartamentos para recoger algunas pertenencias. No obstante, las autoridades han establecido un sistema controlado para el acceso, garantizando la seguridad de todos los involucrados.
Los residentes afectados enfrentan ahora la incertidumbre y la búsqueda de alojamiento alternativo mientras el edificio es reparado y deben guardar meticulosamente las facturas de gastos incurridos para poder reclamar al seguro.
Este inesperado desastre ha dejado a los vecinos preocupados por el futuro de su hogar. La incertidumbre sobre la duración de las obras y la habitabilidad del edificio ha llevado a muchos a buscar refugio temporal, mientras esperan noticias sobre el plan de recuperación y reconstrucción.
