viernes. 03.05.2024

Ayer se cumplía una semana del devastador terremoto en Marruecos, que ha segado miles de vidas en el vecino país, además de l herir a miles de personas y ocasionar considerables destrozos en el lugar. Pero, obviamente, no es el único terremoto que ha tenido lugar en Marruecos, ni siquiera entre el sur de Europa y el inicio del Mediterráneo.

Sin ir más lejos, el vecino país ha sufrido en las últimas décadas terremotos como los de Agadir en 1960 o el de Alhucemas, en 2004. Pero también la península ibérica: el terremoto de Baelo Claudia, en Tarifa, a finales del siglo IV o el más devastador: aquel que el 1 de noviembre de 1.755 arrasó Lisboa. Las consecuencias de ambos se notaron en Ceuta y el norte del actual Marruecos. En el caso del seísmo en la capital lusa, el tsunami originado ocasionó 10.000 muertos. Días más tarde, tenía lugar el terremoto de Fez y Mequines, con 15.000 víctimas mortales. Ya en tiempos recientes, otros dos terremotos: el de Lorca en 2011 y un temblor que no tuvo su origen en el subsuelo, sino en la superficie: el 27 de agosto de 1947, la explosión del polvorín de San Severiano en Cádiz no solo destruyó buena parte de la Tacita de Plata y dejó más de 200 muertos, sino que hizo que la tierra temblara en buena parte de Andalucía, Portugal y que la columna de humo fuese visible desde el Monte Hacho.

Pero ¿y Ceuta?. Estamos al borde de una placa tectónica, y aunque parezca mentira, hemos sufrido terremotos. Lo que no se ha documentado a lo largo de los tiempos no quiere decir que no haya existido. Sobre todo en sismología: con el capítulo de la capital portuguesa no solo hubo que reconstruir Lisboa palmo a palmo, hasta parecerse a lo que hoy es. También se considera como el momento en el que nace la sismología moderna.

Desde hace algunos años, y a raiz del hallazgo de la Puerta Califal, los arqueólogos van excavando palmo a palmo en el interior del Baluarte de la Bandera, en las Murallas Reales. Y hace dos años, encontraron un hallazgo fascinante. Hay que entrar en contexto, recordar que la actual Puerta Califal ha sido usada prácticamente por todas las civilizaciones que han ocupado Ceuta en algún momento de los últimos 3.000 años. Fenicios, romanos, merinies o portugueses fueron ocupando ese lugar de vistas privilegiadas para controlar la navegación y, afortunadamente, ninguno se complicó mucho la vida con los restos que habían encontrado. Todos echaron tierra por encima, y a seguir construyendo.

De ahí que a los investigadores les llamase la atención una muralla romana desplazada dos metros más allá del resto de vestigios de aquella civilización en ese lugar. Y unas considerables grietas que, tras los estudios tanto en la Universidad de Cádiz como en algunas del Reino Unido ofrecieron una conclusión: terremoto, sin documentar, a finales del siglo VII. Debió de ser tremendo, no solo por el desplazamiento sino porque se cree que arrasó con el antiguo puerto que estaba, efectivamente, en el actual Puente del Cristo.

No pretendemos ejercer el alarmismo, pero tampoco nos creamos que estamos ante una zona absolutamente indemne. Recuerden lo que les contábamos días antes del devastador terremoto: buena parte de la Ciudad se encuentra, en estos momentos, en zonas que pueden ser inundables en los próximos cien años como consecuencias de tsunamis o subida del nivel del mar. En favor de Ceuta habla que, junto a Madrid, presenta el índice más bajo de todo el país.

El terremoto en Ceuta del que apenas se sabe nada