jueves. 16.05.2024

Sábado de Pasión, sábado de primavera, sábado -generalmente- de calor. Sábado de traslado, de sentimientos, de fe, de tradición. Sábado de respeto, de encuentro entre vecinos y entre religiones; la imagen del Cautivo junto a la mezquita de Sidi Embarek representa, por si misma, el espíritu de la convivencia más que mil eslóganes aleatorios a la misma.

 

 

Sábado, pues, de traslado del Medinaceli y María Santísima de los Dolores, desde el Príncipe Alfonso hasta las Puertas del Campo. De San Ildefonso a San Cristóbal. De una barriada alejada del resto hasta, casi, el mismo centro de la ciudad. Sábado en el que miles de personas - en torno a las 5.000, según fuentes policiales- acompañan a ambas imágenes. Entre ellas, por ejemplo, un grupo de jóvenes del Centro de la Esperanza que depositan un ramo de flores.

 

 

Sábado de reencuentro con la normalidad; antes de que un maldito virus nos encerrase en casa hace dos años y haya condicionado -de hecho, aún lo hace- nuestra vida hasta hace escasos meses. Dos años sin traslado, sin Semana Santa, dos años de incertidumbre. Dos años sin ver a ese Cautivo al que, seguro, se habrán dirigido tantísimas oraciones desde hace veinticuatro meses.

 

 

Sábado, pues, como los de antes de 2020. El Medinaceli y la Virgen de los Dolores ya se encuentran en su Capilla, a la espera de procesionar el próximo lunes santo. Mañana llegará el turno de la Pollinica, primera procesión como tal de la Semana Mayor. Pero 'el melenas' -como le llaman cariñosamente sus propios costaleros- ya se encuentra preparado para procesionar. La Semana Santa de Ceuta, pues, ha comenzado. El Señor de Ceuta está en su capilla.

 

El Medinaceli y María de los Dolores completan el traslado más esperado en años