lunes. 06.05.2024

Il Cavaliere ha muerto. Silvio Berlusconi ha fallecido hoy en un hospital italiano, a los 86 años de edad, tras varias semanas luchando agónicamente por su vida contra una leucemia que le tenía en la UCI. El hombre que lo fue todo en Italia ha fallecido tras que su estado de salud fuera crítico en las últimas horas.

Lo fue todo: desde cantante en orquestas de crucero a obrero de la construcción y vendedor de sus propios pisos, en Milan. Berlusconi fue de los primeros grandes magnates del ladrillo no solo en Italia, sino en toda Europa: aquello de que el suelo nunca baja de precio fue para el una filosofía de vida. Posteriormente, decidió invertir en televisión. Compró estudios de cine, canales de televisión y llegó, en la ciudad del Duomo, a ser la emisora líder frente a la entonces omnipresente RAI. Pero su gran salto a la fama mundial estaba por llegar.

Y llegó desde un palco. El del Giuseppe Meazza -único estadio que cambia de nombre en función de quien juegue como local: cuando es el Inter se llama San Siro y cuando es el Milan se llama como el mítico jugador rossonero-, haciéndose cargo de una A.C. Milan en quiebra. Poco duraron los malos tiempos en Milanello. A golpe de talonario (otra cosa es de donde saliera del dinero) y de dejar que un vendedor de zapatos llamado Arrigo Sacchi  pudiera dedicarse por completo al fútbol para armar el que posiblemente sea uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Galli, Baresi, Costacurta, Maldini, Ancelotti, Donadoni.... y por supuesto los tres holandeses, Van Basten, Rikjaard y Gullit destrozaron Europa durante unos cuantos  años. Ramón Mendoza, ex presidente del Real Madrid: "Duele más un gol de Gullit que la bofetada de una mujer"...

Pero aquello también le supo a poco. Berlusconi puso sus ojos en el Palazzo Chigi, residencia del primer ministro italiano. Las investigaciones del juez Antonio Di Prieto en el caso "Manos Blancas", que salpicaban tanto a la Democracia Cristiana como al Partido Socialista Italiano y al Partido Comunista, unidas al trauma por el asesinato en dos meses de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino sumieron a Italia en una profundísima crisis institucional y allanaron el terreno a un tipo que lo tenía todo: dinero, grandes dosis de populismo, éxito y un imperio mediático a su servicio. Berlusconi se convirtió en primer ministro de Italia, por primera vez, en 1993.

Forza Italia gobernaba "para acabar con los nietecitos de Stalin", decía Berlusconi. El empresario, el dirigente exitoso, el hombre que guardaba en su casa réplicas de las Copas de Europa que ganaban sus futbolistas y los Oscars que ganaban las películas que producía ya se codeaba con los líderes europeos.

Tuvo varios periodos, algo habitual en un país en el que el primer ministro más duradero en el cargo sigue siendo Aldo Moro, que acabó asesinado en el maletero de un Fiat tras varios meses de secuestro. Pero volvió a la carga, reinventándose su partido elección tras elección, imputación tras imputación. Desde la sala de mandos, respaldó a George Bush Jr. en la guerra de Irak  y mantuvo unas tensas relaciones con la ex canciller, Angela Merkel, en plena crisis mundial por la quiebra de Lehman Brothers. Mientras, no dejaban de perseguirle sus escándalos sexuales. Con su estrella completamente apagada, Berlusconi dimitió y pese a que siempre le pudo la tentación de volver a dirigir Italia, las urnas le fueron esquivas desde aquella crisis financiera de hace tres lustros. Y como a muchos de sus antecesores en el cargo -Andreotti en particular- la sombra de los tentáculos con la mafia o la manipulación de la Justicia no dejó nunca de pereseguirle.

En España también  lo conocemos bien: Mediaset desembarcó en nuestro país con Telecinco, cadena señalada como la inventora de la televisión basura gracias a espacios tan sesudos como las míticas Mama Ciccio. Pero también la televisión por cable o Cuatro fueron parte del imperio Berlusconi. "El gran caballero de la derecha, jefe de Iñaki Gabilondo", se comentaba con sorna.

Y para terminar, una referencia. Del cine que tanto le dió y que le retrató de modo inmisericorde. Paolo Sorrentino, Toni Servilio y "Silvio y los otros". Un relato cruel, descarnado y ridiculizante de uno de los personajes, se quiera o no, claves en la historia de la Europa del último medio siglo.

Muere Silvio Berlusconi a los 86 años de edad