miércoles. 08.05.2024

La Formación Profesional siempre ha sido vista, erróneamente, como aquel lugar al que llegaban los alumnos con menos capacidades o de estratos sociales más desfavorecidos. Si a ello le unimos un Centro de Educación Especial, puede parecer terreno abonado para los tópicos, dañinos siempre. O para romperlos. Los alumnos del IES Almina y del Centro de Educación Especial San Antonio han convivido durante tres meses, se han enfadado, reido, divertido, trabajado juntos hasta conseguir establecer unos vínculos afectivos que, a poco que se mantengan, pueden dar lugar a una amistad de esas que nos acompaña para el resto de la vida. El hombre que tuvo la idea, el promotor junto a otros compañeros, Manuel Maldonado, no ocultaba la sensación de que en este caso, sobre todo, habían aprendido de San Antonio.

 

La explicación es muy sencilla: los alumnos del Almina han enseñado a sus compañeros de San Antonio cuestiones relacionadas con las enseñanzas que se imparten en el centro de las Merinidas. No solo les han dejado entrar en sus clases, sino que han trabajado juntos durante meses.

 

Una idea elogiada, recientemente, en el  Congreso Nacional de Formación Profesional celebrado  en Gijón (Asturias), con un auditorio que les despidió en pie y con una cerrada ovación.

 

Con Maldonado coincide Pablo Hernández, profesor de San Antonio, al señalar lo importante de estas jornadas.

 

A la clausura han asistido, entre otros, el director provincial de Educación, Javier Martínez o el representante en Ceuta de la Fundación Bankia, Felipe Escane

Sentido y Sensibilidad, relatos compartidos