martes. 07.05.2024

La satisfacción por el deber cumplido es una sensación siempre agradable. Pero esa tranquilidad, ese poder respirar sin agobios debe incrementarse cuando apenas dia y medio antes has sufrido un ataque con misiles. Es lo que ha ocurrido a los miembros de la Comandancia General -150, pertenecientes a todas las unidades- que han llegado a nuestra ciudad. No venían de maniobras ni de una formación; venían del otro confín del Mediterráneo, de esa Iraq que desangra desde hace casi dos décadas y en la que el pasado viernes sufrieron un ataque con misiles atribuido a la milicia chií Hizbulá.

 

La cronología de hechos ha sido sencilla: el viernes sufrieron el ataque, el sábado entregaron -era lo previsto- el mando al Ejército iraquí, del que han contribuido a adiestrar a 50.000 personas, y viajaban a Bagdad para aterrizar en Madrid. De ahí, a Ceuta.

 

Y en Ceuta el recibimiento ya clásico, pero no menos emotivo. Esposas, padres, hijos, pancartas con fotografías y banderas de España... Y una vez más, la inocencia de los más pequeños rompiendo todo protocolo. Estaba previsto, y asi fue, que los militares se cuadraran delante de los mandos antes del clásico "rompan filas". Cuestión de minutos, pero algunos niños rompieron el protocolo para lanzarse en brazos de sus padres. Segundos después, formados ante el coronel de la Legión, los soldados de Besmaya rompían filas. Ahora si, tiempo libre para los abrazos, la familia y para volver a la rutina tras una experiencia que, seguro, no olvidarán en la vida.

 

 

Soldados de Besmaya: ¡Rompan filas!