lunes. 06.05.2024
OBITUARIO

Adios a un pionero: muere Federico Martín Bahamontes

El primer español en ganar el Tour de Francia, Federico Martín Bahamontes, ha muerto en las últimas horas. El 'Águila de Toledo' nos ha dejado a los 95 años. Con el termina de irse el ciclismo más romántico, el de los años en blanco y negro del deporte de las dos ruedas.
Federico Martín Bahamontes, muerto hoy a los 95 años de edad, durante una de sus míticas escaladas
Federico Martín Bahamontes, muerto hoy a los 95 años de edad, durante una de sus míticas escaladas

Cuando el holandés Van der Poel alzaba sus brazos el pasado domingo como campeón del mundo, no solo ganaba uno de los mejores ciclistas de su generación, sino el nieto de un icono de las dos ruedas: Raymond Poulidor. El mítico 'Pou Pou', fallecido meses antes de la pandemia, era quizá el penúltimo representante entre los vivos de aquel ciclismo mítico, de puertos kilométricos y corredores ataviados con su propia rueda y herramientas por si tenían algún contratiempo. De aquellos ciclistas que, para hacer tiempo, esperaban en lo alto del puerto al resto del pelotón, mientras disfrutaban de un vino, un bocadillo y daban incluso algunas caladas a un cigarro.

En esto último era maestro Federico Martín Bahamontes. En una España poco o nada acostumbrada a los triunfos internacionales de nuestros deportistas -salvo el célebre pentacampeonato europeo del Real Madrid, poco más que contar de aquellos años 50- y que lloraba la trágica muerte del gimnasta Joaquín Blume unos años antes, emergió para llevar al ciclismo español, por primera vez, al centro del Olimpo: ganar el Tour de Francia. Encima, caprichos de la historia, lo hizo el 18 de julio de 1959. Es decir: en el vigésimo aniversario del inicio de aquella guerra civil del pasado siglo.

Bahamontes no solo ganó aquella general, sino que tuvieron que pasar décadas para que otro escalador, en este caso el francés Richard Virenque, superara su récord en el Gran Premio de la Montaña: hasta en seis ocasiones se anotó el toledano la clasificación que le acreditaba como mejor escalador de la ronda gala de cada año. No ganó niguna general más: un segundo y un tercer puesto en París y un segundo puesto en la Vuelta a España fueron el resto de su palmarés. Pero sus duelos con un Ancquetil que nacía como el primer gran campeón de la ronda gala y, sobre todo, con el luxemburgués Charly Gaul hicieron época. Y sembraron: tuvieron que pasar catorce años para que otro español, Luis Ocaña, entrase de amarillo en París. Y otros quince para que Pedro Delgado hiciera lo propio. Y treinta y dos para que naciera la mayor leyenda del ciclismo -y con permiso de Rafa Nadal, del deporte- español de todos los tiempos: Miguel Indurain.

Hoy parece que el ciclismo español está en crisis, salvo por las prometedoras excepciones de Carlos Rodríguez, Juan Ayuso y el constante Enric Mas. Pero hubo, como en todo, un pionero, una especie de Prometeo que acercó el fuego sagrado a los españolitos de a pie. Ese hombre, el primer gran campeón de la historia de nuestro deporte, aquel que miró a los ojos al mismísimo Fausto Coppi, ha muerto hoy. Se llamaba Federico Martín Bahamontes. Su apodo, por su velocidad al ascender, siempre será leyenda: el Águila de Toledo.

Adios a un pionero: muere Federico Martín Bahamontes